Acebo; grèvol

Ilex aquifolium


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1644 Alonso Martínez de Espinar

España

CAPÍTULO V. De lo que deben saber el Ballestero, y Montero y Cazador de los cuatro elementos para su ejercicio. [...] (La tierra) cría diversos géneros de montes; los más comunes en nuestra España son: encina, roble, alcornoque, pino, quejigo, haya, boj, fresno, acebo. [...] (p.16)

[MARTÍNEZ DE ESPINAR, Alonso (1644): Arte de Ballestería y Montería, escrita con méthodo, para escusar la fatiga que occasiona la ignorancia. Alonso Martínez de Espinar, que da el Arcabuz a su Magestad y Aiuda de Cámara del Príncipe Nuestro Señor. En la Emprenta Real. Año de 1644. Madrid.] Ed. Velazquez, 1976: books.google.es / Ed. 1644: books.google.es)


1845-1850 Madoz

Aragón

ALCAÑIZ [Bajo Aragón, Teruel]: (La Colegiata tiene) la sillería nueva de nogal con embutidos de madera de acebo.

País Vasco/Euskadi

ALDABA [entidad de población de Tolosa, comarca de Tolosa, Guipúzcoa/Gipuzkoa]: El terreno está poblado de robles, castaños, acebos, espinos blancos, avellanos y varios arbustos que sirven de guarida a jabalíes, zorros, corzos y gatos monteses.

[MADOZ, Pascual (1845-50). Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Imprenta de D. Pascual Madoz. Calle de Jesús y María, núm.28 & Est. Tipográfico-Literario Universal, Calle de la Madera baja, núm.4. Madrid.] 1845: Tomo I (ABA-ALI), Tomo II (ALI-ARZ); 1846: Tomo III (ARR-BAR), Tomo IV (BAR-BUZ), Tomo V (CAA-CAR); 1847: Tomo VI (CAS-COR), Tomo VII (COR-EZT), Tomo VIII (FAB-GUA), Tomo IX (GUA-JUZ), Tomo X (LAB-MAD); 1848: Tomo XI (MAD-MOS); 1849: Tomo XII (NAB-PEZ), Tomo XIII (PIA-SAZ), Tomo XIV (SEA-TOL), Tomo XV (TOL-VET); 1850: Tomo XVI (VIA-ZUZ). Consultas online: diccionariomadoz.com


1857 Lorenzo Grafulla

Aragón: Matarranya / País Valencià: Tinença de Benifassà (Baix Maestrat) / Catalunya: Montsià

El tío Silverio nos señaló a nuestra izquierda una planicie, donde figuró antiguamente el pueblo de Refalgarí, mas como dijo que a la vuelta del Prat de Robera teníamos que pasar por allí, lo dejamos estar. [...] Las laderas estaban llenas de mayúsculos avellanos, tan esbeltos y limpios como si la mano del hombre hubiera intervenido en ello, viéndose en los intermedios, plátanos, acebos, tejos y otros árboles, de suerte que parecía un delicioso jardín. El fondo o suelo del barranco se hallaba tapizado de fresas, y sin embargo de encontrarnos a fines de Junio, no vimos más que un fruto. [nº 141, de 30 de enero de 1889]

(De Rafalgarí a Beceite) El amigo Loscos, parándose y dirigiendo su vista a la izquierda del camino que llevábamos, dijo: Tío Silverio, ¿esa planta deberá usted conocerla, verdad? Mucho que sí, y no nos faltarán como ella en el terreno que vamos a atravesar. ¿Cómo la llaman ustedes? Celosica. Vamos, no andan muy distantes, porque su nombre es Peonia. Hace una flor muy bonita, aunque probablemente será sencilla en estos sitios, pero cultivándola se hace doble. ¿Cuantos pétalos tienen las flores, u hojas, como les llama el vulgo? No sé decirlo a punto fijo, pero pocas hojas tienen, aunque son bastante grandes las flores, y con ellas, los vecinos de Valderrobres, cuando en Mayo suben a San Miguel en procesión, engalanan ramas de acebo, que llevan a la villa como un objeto de lujo. Pero dígame usted, ¿cómo es eso de que las flores se vuelven dobles, cultivándolas? ¿Por qué? Muy sencillo, dijo Loscos. Lo que ustedes llaman hojas, en las flores, son pétalos, como ya he dicho; y lo que miran como simiente, son estambres. Pues bien, en las Peonias, o celonías, como ustedes las conocen [celònia al DCVB], así como en la rosa silvestre y otras flores de campo, encontrarán solamente cinco pétalos, y en el centro de éstos, abundantes estambres; pero cultivándolas, adquieren las plantas más desarrollo, más fuerza vegetal, y los estambres se convierten en pétalos, por cuya razón, se llaman dobles, así como las silvestres, sencillas. [nº 146, de 15 de abril]

[GRAFULLA, Lorenzo (1888): "Un paseo por los Puertos de Beceite", en "La Asociación: revista profesional y científica de medicina y cirugía, farmacia y veterinaria de la provincia de Teruel" (1883-1891), por entregas, desde el nº 123, de 15 de mayo de 1888, al nº 150, de 15 de junio de 1889.] bibliotecavirtual.aragon.es


1861 Dirección General de Agricultura, Industria y Comercio

España

CAPÍTULO III. MONTES. II. DE LA DESAMORTIZACIÓN DE LOS MONTES. Nueva situación creada al ramo de los montes por las leyes de Desamortización. Conveniencia y necesidad de que los montes no desaparezcan. Clasificación por especies propuestas por la Junta facultativa para el cumplimiento de la ley. [...]

El Real decreto de 26 de Octubre de 1855, dividió los montes públicos para los efectos de la ley de desamortización, en las tres siguientes clases:

Primera. Montes que deben conservarse sujetos a las Ordenanzas del ramo y que se exceptúan, por tanto, de la enajenación. Se compuso esta con los de abetos, pinabetes, pinsapos, pinos, enebros, sabinas, tejos, hayas, castaños, avellanos, abedules, alisos, acebos, robles, rebollos, quejigos y piornos.

Segunda. Montes de enajenación dudosa, respecto de los cuales se había de decidir por el examen especial de cada caso particular. Correspondían a esta los alcornocales, encinares, mestizales y coscojales.

Y tercera. Montes que se declaraban desde luego en estado de venta. Las fresnedas, olmedas, lentiscales, cornicabrales, tarayales, alamedas, saucedas, retamares, acebuchales, almezales, bojedas, jarales, tomillares, brezales, palmitares, y demás no comprendidos en las anteriores.

[Texto completo en la página 117]

[Dirección General de Agricultura, Industria y Comercio (1861): Memoria elevada al Excmo. Sr. Ministro de Fomento por la Dirección General de Agricultura, Industria y Comercio sobre el estado de los ramos dependientes de la misma en Octubre de 1861. Imprenta Nacional. Madrid.] books.google.es


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