Historia de la isla de Menorca


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1874 Rafael Oleo y Cuadrado

Illes Balears: Menorca

Libro encontrado, gracias a un extracto de "Dialectologia Catalana, Scripta", de la Universitat de Barcelona (UB): scripta-dialectologia.ub.edu

PRIMERA PARTE: TOPOGRAFÍA DE LA ISLA.

CAPÍTULO I. Aspecto climatológico. [pp.7-12, T.I]

CAPÍTULO II. Aspecto geognóstico. [pp.12-19, T.I]

[...] El mar, tranquilo y pacífico, por la costa del sur, arrastra, sin cesar, hacia ella (la costa), los despojos triturados de moluscos y animales articulados, formando depósitos más o menos considerables en las ensenadas; estos son los bancos y la playas que, por aquí, son más considerables que en ninguna otra parte de la isla, donde se encuentran un prodigioso número de conchas enteras tan variadas y hermosas, que son buscadas para la fabricación de esos bellos ramilletes de adorno que constituyen, desde más de medio siglo, un ramo en industria; a la par que enriquecen la faunia malacológica de nuestra isla, que de cada día llama más la atención de los entomólogos. La mayor parte de los extractos calcáreos, que son frecuentes por esta costa, es debida a los mencionados restos orgánicos, unidos por su propia cohesión. Otros productos marítimos se encuentran mezclados con las mencionadas arenas, como algas, pelotas [Posidonia], plumas de mar [corales], etc., que abundan sobre todo en ciertas épocas del año, y contribuyen a la insalubridad de aquellos parajes. Hallase en ellas, también, el pisasfalto [maltha, brea mineral, betún glutinoso, pez mineral], pero es más raro por estas costas que por las septentrionales. [...]

Nota: Leemos en Buffon: "En él (nido del Alción) se encuentran espinas de pececillos y escamas sobre polvo, sin forma de nido; y sobre este polvo hemos visto puestos sus huevos, sin ver aquellas pelotillas de que Belon dice forma su nido, ni observar en éste la figura que le da Aristóteles comparándole en la figura a una calabaza; y por lo que hace a la matera y a su trabazón, dice, que se parece a aquellas bolas de mar o pelotas de filamentos entrelazados, que cuesta mucho trabajo el cortarlas, pero en secándose, se rompen." google.es

CAPÍTULO III. Aspecto agrícola. [pp.20-27, T.I]

Siendo el suelo vegetal y el producto resultante de la desagregación, alteración y descomposición de las rocas superficiales, queda consignado en el estudio geognóstico que precede, la descripción de las tierras de la isla. [...] Antes que emprendiese el hombre el cultivo de esta tierra que debía poblar, fue preciso aligerarla de la piedra que la cubría, y sin pensar qué destino pudiese darle, la amontonaba a trechos. Conociendo más adelante que pudiera servirle de sumo provecho, haciendo paredes y cerrando sus propiedades, consiguió así dos intentos, cuales fueron, un beneficio para la vegetación y un ahorro que los pastores le acarrearan, pues así impedía que el ganado invadiese sus sembrados. Semejante idea fue muy feliz, de modo que hoy se saca aún más partido de las paredes, porque se subdividen más y más los grandes cuadros, y con esto, mucho se aprovechan los pastos, y se suple la falta de los prados. De otra manera, difícil fuera mantener ese numeroso ganado, uno de los principales productos de la isla.

Es, sin contradicción alguna, cosa providencial que crezcan aquí con rapidez y lozanía, en año regular, las plantas que suministran el más sabroso y nutritivo alimento al ganado; y a ellas se debe la copiosa leche de las vacas, cabras y ovejas, siendo, en general, de superior calidad el queso que, trocada su forma complanada con la esferoide, se confundiera con el precioso queso de Holanda. La nutritiva manteca, tan apreciada por los indígenas, no lo es de mucho por los extraños, que prefieren la inglesa, o sea, la batida con algo de sal; así preparada, compite con otra cualquiera.

Conocido es el trigo de Menorca, por su particular calidad y limpieza, y ha sido premiado más de una vez en diferentes exposiciones; su gran cantidad de gluten hace que sus harinas tengan más estima que muchas otras; ya porque mezclada con estas, las mejora; ya porque, solas, se destinan para las más exquisitas pastas. Apreciada también, la cebada, compite con las legumbres; y la vid, con sus numerosas sub-variedades, creciendo sana, aunque con lentitud, produce hermosas y sazonadas uvas, siendo bueno el vino, que con el tiempo se perfecciona cual otro generoso. Bien preparado, repuesto y añejo, se puede llevar doquiera; pero si estas precauciones, difícil es que no pierda con el transporte, de su bondad. Abundantes, los almendros; que se aumenta más y más su plantío, con feliz resultado; no tan solamente su fruto abastece la isla, sí que se exporta ya y se obtiene su precioso aceite, si bien, que en menor cantidad que el que suministran las almendras de Mallorca, cuyo almendrón rinde un quinto más de producto; causa que atribuimos, en parte, a nuestra descuidada injertación. Los albaricoques, albérchigos y nísperos; las cerezas, ciruelas, manzanas, peras y demás frutos de las rosáceas, son igualmente abundantes y preciosos. Si fácil fuera proporcionar a los naranjos, limoneros y cidros, localidad, resguardándolos de los vientos del noroeste, norte y nordeste, presto de esto, el plantío se aumenta en los terrenos adecuados, dando ya abundantes y sabrosos frutos.

Muy sensible a los recios vientos del norte, el olivo, a pesar de tener aquí terreno arcillo-sílico-calcáreo, que le proporciona su nutrimento favorito, apenas se cultiva, y ni siquiera se piensa en injertarlo para que mejore su fruto; al contrario, este, expuesto a repetidos contratiempos, sin protectora mano, rinde muy escaso aceite. Mejor producto da la encina, el pino, el granado y aún el algarrobo, si se cuidara, como se le debe. Fijarle la atención merece el algodonero herbáceo, que competiera, a no dudar, con el lino y el cáñamo. No dejaremos aquí en hacer la mención que se merece (a) esa preciosa ortiga procedente de la China, o sea, la Brisolara que dedicamos a su introductor, D. José Brisolara, que la trajo de la Nueva Orleans, hace pocos años. Aquí ha encontrado su país nativo, y promete muchísimo. Siendo una planta urticácea, cuya hoja tiene similitud con la del árbol del gusano de seda, nos hace sospechar si pudiera servirle de pasto; pero su falta fue el motivo de no haberlo observado aún, ¡a tanto ha llegado el abandono de este bómbice! Abandono por falta del cultivo de la morera, extinguida casi del todo, a pesar de haberse mantenido tan lozana en otros tiempos, y tan cultivada por nuestros antepasados. El ricino crece con suma rapidez hasta una altura más que regular, y vive muchos años; su fruto suministra abundante aceite precioso, superior al que recibimos del extranjero. Lástima que se desperdicien sus frondosas hojas, pasto del gusano Bombix cinthya, que suministra el precioso bry, o seda de los indios. Prospera también el plátano guineo de algún tiempo aclimatado aquí; sus sabrosos frutos llegan a madurar en el árbol mismo, sin medios violentos, como si fueran en la India. cultívanse, con particular esmero, la higuera común y algunas de sus variedades, que dan frutos tan sabrosos como nutritivos y abundantes, que muchos se destinan para cebar los cerdos. Es frecuente el cabrahigo o higuera salvaje, que crece aún sobre edificios antiguos, y se desarrolla admirablemente sobre terrenos de subsuelo de caliza-arcillosa. Así fueron utilizados, y se utilizan más en nuestros tiempos, los áridos terrenos, convirtiéndoles en feraces y de sumo provecho.

Hablemos ahora del clover, cuya introducción debemos al tiempo de la dominación británica en Menorca; más conocido en España por heno del mismo nombre, pipirigallo o zulla, que se aclimata aún en los incultos terrenos céntricos de la isla, como si creciera en su Calabria y en nuestra península. Así es que, del ser el menos conocido, el que pisamos con indiferencia, se saca, a veces, importante aplicación; y, he aquí el fomento de un terreno y la riqueza de un país. Para el hombre laborioso y de conocimientos, no hay suelo ingrato, nunca produce calta. ¿Quién hubiera dicho, no hace muchos años, que el terreno de Mercadal y de Ferrerías, hoy se viera matizado con esta planta? Sería de desear, en vista de semejantes resultados, que se la fomentara en mayor escala aún; así como otras muchas leguminosas, gramíneas, ciperáceas, etc., que crecen naturalmente y suministran también buenos pastos. Esta necesidad se hace exigente en Menorca, al paso que reclama la destrucción en cuanto se pueda, de estos vegetales perniciosos, que con demasiada abundancia crecen pacíficamente, como son: lechetreznas (lletereras), resedas (enturions), vinieblas (llepaseras), peregrinas (herbas pudentas), y no hay que dejar de vista la flor del sueño (canaris, vellanetas), introducida no hace mucho, creyéndola planta de adorno, y será una plaga de nuestros campos, si no se acude pronto a exterminarla.

Prueba más y más lo que dijimos en el capítulo primero, que, en general, nuestro terreno es fresco, el cultivo de las patatas de secano que hoy produce en abundancia; y son como se deduce más sabrosas y nutritivas que las de regadío. Libres de la mordedura del talpa, se conservan por más tiempo, y permiten mejor que aquellas, su transporte. Prueban en gran manera los moniatos, cultivados desde 1849 por D. Francisco Campó, y reúnen mejores ventajas aún que las patatas, porque sus tubérculos son mucho mayores; algunos han pesado diez y ocho libras, pero rara vez. Crudos, aún son comestibles, asados, pero [sic], o cocinados al vapor de agua, constituyen un alimento parecido a las batatas. Sus hojas, suministran el más nutritivo pasto al ganado; de modo que si come muchas, segrega un tercio más de leche que lo regular, caseosa y de muy buena calidad. Dos variedades, al parecer, se cultivan aquí, que solo se diferencian por el color y figura de sus tubérculos y tallo: los blancos lo tienen con fibras amoratadas, y los rojos, blanquecino-verdoso; aquellos son superficiales y estos, profundizan más. No concluiremos sin dar las más expresivas gracias al introductor de tan benéfica planta, que cual otro Antonio Augusto Parmantier, concibió la feliz idea de introducir en su patria (Francia) el cultivo y aplicación de la patata, que fue, a no dudarlo, su más bello título de gloria; le abrió las puertas del Instituto y de una multitud de sociedades científicas. ¿Por qué la gratitud no debe conferir al Sr. Capó una mera demostración siquiera?

El topinambur, los holcos, más el sorgo que el sacarino, y sobre todo, el maíz y el centeno, aunque no muy cultivados, suministran buenos productos. Las plantas que tienen uso en medicina, y se cultivan, como el espliego, la mejorana, el orégano, el cilantro, la yedra terrestre, la belladona, el sínfito oficinal, la artemisa, el ajenjo, se crían tan lozanas como las de hortalizas, como la lechuga, el ajo, el rábano, la cebolla, la remolacha, la acelga, el apio, la zanahoria, e igualmente la calabaza, el melón, la sandía, el pepino, la coliflor, la lombarda, la berza, el repollo, el bróculi [sic], el colinabo y otras muchas, que de cada día la horticultura perfecciona.

Lozana crece la higuera chumba, y si se cultivara el nopal, bien presto se propagaría como aquella, obteniéndose buenas cosechas de aquellos preciosos gallinsectos que rinden tanto producto al comercio y a las artes. Sería de desear, pues, que, en vista de los resultados que han dado los ensayos practicados en reducidos plantíos, se estableciera aquí tan entretenido, cuanto lustroso, ramo de industria. De algún tiempo introducida la vejiga de perro o fisálide, en nuestras huertas, suministra abundantes frutos, que reemplazan a los tomates durante la estación rigurosa del invierno; de ahí porque ha recibido entre nosotros el nombre vulgar de tomatiguera d'ivern. El datura fastuosa, conocido más entre los jardineros por túnicas de Cristo (tompetilla), que reemplaza en la India, según Aislie, al estramonio; la adormidera, la dulcamara, la yerba de la Princesa y muchísimas otra plantas que pudiéramos citar aquí, introducidas y que, continuamente, siguen introduciéndose en este suelo, dan repetidas pruebas de su fuerza de vegetación y de la susceptibilidad de admitir otras a ello extrañas.

Cuanta la isla con algunos arroyuelos, muchísimos pozos y cisternas, algunas norias y fuentes más o menos caudalosas; aljibes y estanques. [...]

CAPÍTULO IV. Reseña fitológica. [pp.28-44, T.I]

Si se consideran las plantas en su estado salvaje, demarcando sus límites la disposición física del terreno, su altura, su exposición, su inclinación, formando sus centros de vegetación, reuniones compuestas de un número determinado de especies, de géneros y aún de familias, se echará de ver que la vegetación de Menorca es, a corta distancia, igual a la que se encuentra en las costas de África septentrional, del Asia menor y de Grecia, como también en las costas meridionales de Italia, de Francia y de España, o sea, la parte que constituye la región mediterránea o meridional. Mas, teniendo en cuenta (a más de lo que dijimos sobre su temperatura y la aptitud de su terreno para la vegetación) que el famoso puerto de Mahón, vasto recipiente de buques de todas (las) naciones, y las mismas aves emigradoras en su tránsito, le proporcionan toda especie de germen, se concebirá que, con dificultad, pueda darse igual extensión de terreno que reúna tanta variedad de plantas.

Según se desprende de lo que llevamos expuesto en el anterior capítulo, nuestro terreno, en general, produce naturalmente algunas plantas, que suministran tan sabrosos y nutritivos pastos al ganado, que a ellas se debe la abundancia de su leche, riqueza de las principales del país. Citaremos las especies más notables, cuales son: el joyo o zizaña, juy, el vallico, margay, al cual los franceses dan el nombre de 'ray-gras', y lo cultivan, aunque de forraje duro, pero nutritivo; la ballueca o avena loca, cúgula;  las juncias, junsas; la grama, los lotos y trifólios, trebols, que comparten con el arbóreo, introducido con sumo provecho de algunos años a esta parte; la colleja, culis; la caléndula o maravilla silvestre, llevamá, que cubre casi las tierras calizas, aunque sea buscada por el ganado mular, no lo desperdicia el vacuno; la correhuela, corritjola; la yedra-campana, corritjola blanca, ambas buscadas por el ganado en general; el tapisode, favull de moro o bort; la celebrada lengua de oveja, orella de llebra, que tanto provecho rinde a la agricultura, no solo en este país, sí que también en Extremadura, Andalucía y otras partes meridionales de España; son también buscadas la cosconila, cascunia, el galio azucarado, rebosa, révula, y la vidraria, vidriella, pero esta, a no ser la cabra, los demás animales, la comen no más que cuando está seca. El carreigt, carritx, es común en terrenos áridos de esta isla, y en años estériles, es un triste recurso para el labriego, buscando el alimento para su ganado. En Mallorca son más previsores en esto que nosotros, pues no pensamos en él, cuando asoma el contratiempo; allí prenden fuego al territorio donde crece, a la entrada del otoño, a fin de hacerlo más robusto y que prospere más, y al año siguiente, se cubre con él el terreno, sofocando las jaras y lentiscos. Así, aquellos áridos terrenos sirven de preciosos recursos para sustentar al ganado en años miserables.

Con avidez son buscadas por las abejas, las flores de la cúnila blanca, espinadella petita, la falsa albahaca de Valencia, espinadella grosa, los cardos y naranjos, ue no ceden a aquellos; así como la vivorera de flor azul, viperina, borratja borda, la borraja común, los gamones, aubons, el romero, el cardo, y las de muchas rosáceas. Estas son las principales plantas, cuyas flores suministran a las abejas su néctar para la elaboración de la miel de primera calidad, que puede competir con la mejor conocida. Mas, como es difícil que estas antófilas busquen no más que las flores en cuestión, de ahí porque muchas veces se le conoce a la miel el sabor que no le es propio, siendo de primera. Las flores del alcaparro y aún la del tabaco producen rica miel, que a la primera vista se confunde con la anterior; pero se le conoce algo en el gusto; mas, si contribuyó la flor del heleoropio, yerba verruquera, girasol, mal girasol, planta perjudicial a la par que abundantísima, de modo que en el año 1862 cubrió todo el suelo vegetal del distrito de Ciudadela. Mucho más inferior a esta miel es la procedente del brezo, xipell, pero este se halla circunscrito en la parte céntrica de la isla, y rara vez altera la que procede de los mencionados vegetales.

Si entre las terebintáceas ocupa el primer lugar, aquí, el bello y corpulento falso pimentero, de algún tiempo introducido, el antiguo lentisco es el más robusto y verde arbusto que espontánea y abundantemente se cría; y aunque no dé una lágrima de su almáciga, premia con su rico mantillo la tierra que lo nutre, siendo su fruto un buen pasto para los cerdos, pavos, estorninos y otras aves. Su leño es tan útil en la ebanistería como para la combustión, siendo su carbón muy apreciado, superior al de las cupulíferas, ramneas y ericáceas. Un aceite fijo, suministraba su fruto en otro tiempo, que se destinaba por nuestros antiguos honderos, para untarse el cuerpo, unido con una sustancia grasienta; preservativo contra los golpes del chuzo y de la honda. Verde también la solitaria paserina matapollo, palamarina, vive sobre las áridas rocas de la costa, y tiene la corteza tan epispártica que compite con los torviscos y meceros. Tan frecuente como salvaje, la cándida albarrana ostenta sus flores entre los bellos lirios y ornitógalos, y su heroico bulbo constituye otro género de exportación. Los vistosos alhelíes, alcaparros, romeros, santolinas y loníceras, tan abundantes como útiles, atemperan con su aroma los incómodos hálitos de los insanos tamariscos, tamarells, olivardas, olivardas, olivardillas, olivardons mastranzos, mandastras, higueruelas cabrunas, herbas cabrunas, trébol pudent, lentejas acuáticas, llentias d' aigua, y otras muchas plantas, que infestan sobre todo la parte céntrica y menos elevada de Menorca, contribuyendo a su insalubridad durante la rigorosa estación del verano.

Suministran las amapolas, borrajas, malvas y otras plantas comunes, abundantes flores medicinales, que con sentimiento se ven perder, pudiéndose aprovechar, cual otro género de exportación. Pudiérase sacar partido igualmente de algunas otra plantas aclimatadas aquí, donde encontraron su país adoptivo, aunque circunscritas todavía en los cortos radios donde fueron depositados sus primeros gérmenes; sobre todo de la innumerables plantas de jardín y las de adorno, que merecen menos consideración del botánico, por ser las más, a sus ojos, unos verdaderos monstruos de la naturaleza.

Nos limitamos aquí en continuar un catálogo alfabético de las plantas medicinales que crecen espontáneamente en la isla y algunas que en ella se han aclimatado, con sus nombres triviales castellanos y botánicos.

PLANTAS MEDICINALES:

Abrótano hembra: Santolina chamaecyparissus, Linn.
Acanto: Acanthus mollis, Linn.
Acebuche: Olea europaea, L. varietas Oleaster, DC.
Acedera: Rumex acetosa, L.
Acelga: Beta vulgaris, L. varietas Cicla.
Acelga roja: Beta vulgaris, L. var. rapacea.
Achicoria: Cichorium intybus, L.
Adianto negro: Asplenium adianthum nigrum, L.
Adonis de otoño: Adonis autumnalis, L.
Adormidera: Papaver somniferum, L. var. album, DC.
Adormidera cornuda: Glaucium flavum, Crantz.
Adormidera dudosa: Papaver dubium, L.
Adormidera hibrida: Papaver hybridum, L.
Adormidera negra: Papaver somniferum, var. nigrum, DC.
Adormidera setígera: Papaver setigerum, DC.
Agenjo
[ajenjo]: Arthemisia absintium, L.
Agenuz
[ajenuz]: Nigella damascena, L.
Agrimonia: Agrimonia eupatorium, L.
Aguja de pastor: Scandix pecten veneris, L.
Ajo: Allium sativum, L.
Ajo puerro: Allium porrum, L.
Ajo silvestre: Allium ampleloprasum, L.
Aladierna: Rhamnus alaternus, L.
Alamo
[álamo]: Populus nigra, L.
Alamo blanco
[álamo blanco]: Populus alba, L.
Alamo negro
[álamo negro]: Populus nigra, L.
Alatonero: Celtis australis, L.
Albahaca: Ocymum basilicum, L.
Albaricoquero: Prunus armeniaca, L.
Albérchigo: Amygdalus persica, L.
Albohol: Frankennia pulverulenta, L.
Alcachofera: Cynara cardunculus, L. var. sativa, Moris.
Alcaparro: Capparis spinosa, L. var. inermis.
Alelí: Cheiranthus chairi, L.
Algarrobo: Ceratonia siliqua, L.
Algas: Ulva intestinalis, Steink.
Algodon
[algodón]: Gossypium herbaccum, L.
Aliso: Koniga maritima, R. Br.
Almendro amargo: Amygdalus communis, L. var. amara, DC.
Almendro dulce: Amygdalus communis, L. var. dulcis, DC.
Almoraduj
[almoradux]: Origanum majorana, L.
Alquequenje: Physalis alkekengi, L.
Altabaca: Inula viscosa, Ait.
Altea: Althaea officinalis, L.
Altea de pelo áspero: Althaea hirsuta, L.
Altramuz hediondo: Anagyris faetida, L.
Alucema: Lavandula spica, L.
Alluf: Arum dracunculus, L.
Amapola: Papaver rhoeas, L.
Amargaleja: Prunus spinosa, L.
Anagalide
[anagálide]: Veronica anagallis, L.
Anagalide hembra
[anagálide hembra]: Anagallis caerulea, Lamark.
Anagalide macho
[anagálide macho]: Anagallis phoenicea, L.
Ancola: Calamintha mentahaefolia, Hortol.
Anea: Thypha latifolia, L.
Apio: Apium graveolens, L.
Apio caballar: Smirnium olusatrum, L.
Aramago: Sinapis arvensis, L.
Arenaria: Arenaria marginata, L.
Arísaro: Balmisa vulgaris, Lagasc.
Armuelle hediondo: Chenopodium vulvaria, L.
Aro: Arum vulgare, Kth.
Aro manchado: Arum maculatum, L.
Aro pintado: Arum pictum, L.
Aro tragamoscas: Arum mucivorum, L.
Arrayan
[arrayán]: Myrtus communis, L.
Arrugas: Pyretrum partenium, W. Sm.
Artadeagua: Plantago psyllium, L.
Artanita: Cyclamen verum, Lobel.?
[sic]
Artemisa: Artemisia vulgaris, L.
Artemisa de Francia: Artemisia gallica, Willd.
Astécados: Lavandula stoechas, L.
Azaderach: Melia azederach, L.
Azafran
[azafrán]: Crocus sativus, L.
Azarolo: Crataegus azarolus, L.
Azucena: Lilium candidum, L.
Azufaifo: Zizyphus vulgaris, Lamark.
Balota: Ballota nigra, L.
Balsamina: Momordica balsamina, L.
Balsamita: Tanacetum balsamita, L.
Baladre: Nerium oleander, L.
Bardana: Lappa officinalis, All.
Barrilla pinchuda: Salsola Kali, L.
Becabunga: Veronica betabunga, L.
Becerra: Antirrhinum majus, L.
Beleño: Hyoscyamus albus, L.
Belis: Leucanthemum vulgare, Lamk.
Belladona: Atropa belladona, L.
Bellorita: Bellis annua, var. microcephala, Bal.
Berengena
[berenjena]: Solanum melongena, L.
Bergamoto: Citrus limetta, Risso, var. -
Berraza: Sium nodiflorum, L.
Berros: Nasturtium officinale, R. Br.
Berza: Brassica oleracea, L. var. caulorapa, DC.
Berza común: Brassica oleracea, L.
Berza oruga: Eruca sativa, Lamk.
Borraja: Borrago officinalis, L.
Bróculi: Brassica oleracea, L. var. asparagoides, DC.
Brusco: Ruscus aculeatus, L.
Cabrahigo: Ficus carica, L. var. caprificus, L.
Cacahuete: Arachis hyppogoea, L.
Cachurrera menor: Xanthium spinosum, L.
Calabacera común: Cucurbita pepo, L. var. genuina.
Calabaza confitera: Cucurbita maxima, Duch.
Calabaza vinatera: Lagenaria vulgaris, Serr.
Camamila: Chamomilla nobilis, Gren.
Camalea: Chamaelea tricoccos, Lamk.
Canario: Oxalis cernua, Tunb.
Cantueso: Lavandula stoechas, L.
Caña: Arundo donax, L.
Cañavera: Phragmites communis, Ass.
Cáñamo: Cannabis sativa, L.
Capilera: Adiantum capillus veneris, L.
Cardo comestible: Cynara cardunculus, L.
Cardo corredor: Eryngium campestre, L.
Cebada: Hordeum vulgare et H. hexasticon, L.
Cebolla albarrana: Urginea scilla, Stein.
Cerezo: Prunus coerasus, L. var. Coerasus juliana, DC.
Cidra: Citrus medica, Risso.
Cilantro: Coriandrum sativum, L.
Cinco-en-rama: Potentilla reptans, L.
Ciruelo. Prunus domestica, L.
Clavellina: Dianthus cariophyllus, L.
Clematide con zarcillo
[clemátide con zarcillo]: Clematis cirrhosa, L.
Col: Brassica oleracea, L. var. acephala, DC.
Coliflor: Brassica oleracea, L. var. cauliflora.
Col risada: Brassica oleracea, L. var. crispa.
Colinabo: Brassica oleracea, L. var. caulorapa, DC.
Colchico: Colchicum autumnale, L.
Colleja: Silene inflata, Smitz.
Conejitos de jardín: Delphinium ajacis, L.
Coniza de rocas: Coniza rupestris, L.
Coniza sórdida: Phagnalon sordidum, DC.
Consuelda: Symphitum officinale, L.
Coronopo: Plantago coronopifolia, L.
Corregüela: Convolvulus arvensis, L.
Corregüela mayor: Convolvulus sepium, L.
Coscoja: Cuscuta sepithimum, L.
Cosconilla: Picridium vulgare, Desf.
Crisantemo de flor blanca: Leucanthemum vulgare, Lamk.
Culen
[culén]: Psoralea bituminosa, L.
Chirivia
[chirivía]: Pastinaca sativa, L.
Dalia: Dalia variabilis, Desf.
Datilera: Phoenix dactylifera, L.
Dedalera dudosa: Digitalis dubia, Rodríguez.
Desmayo: Salix babilonica, L.
Don Juan de noche: Mirabilis jalapa, L.
Doradilla: Ceterach officinarum, W.
Dulcamara: Solanum dulcamara, L.
Duraznero: Persica vulgaris, Mill.
Egilope
[egílope]: Aegilop ovata, L.
Encinilla: Teucrium chamaedris, L.
Endivia: Chicorium endivia, L.
Eneldo de olor de orégano: Ammi majus, L.
Epítimo: Cuscuta epithymum, L.
Equiseto: Equisetum arvense, L.
Erísimo: Sisymbrium officinale, Scep. DC.
Escabiosa columbaria: Scabiosa columbaria, L.
Escabiosa de Creta: Scabiosa cretica, L.
Escabiosa marítima: Scabiosa marítima, L.
Escolopendra hemionites: Scolopendra hemionitis, Lagase,
Escrofularia: Scrophularia aquatica, L.
Escrofularia menor: Ficaria ranunculoides, Moench.
Escrofularia peregrina: Scrophularia peregrina, L.
Escudetes: Cotuledon umbilicus, L.
Esmirnio: Smirnium olusatrum, L.
Esparraguera: Asparagus officinalis, L.
Esparraguera blanca: Asparagus albus, L.
Esparraguera de España: Asparagus horridus, L.
Esparraguera de hoja aguda: Asparagus acutifolius, L.
Espinacas de la China: Beta vulgaris, L. variet. -
Espliego: Lavandula spica, L.
Estaquida pelierizada: Stachys hirta, L.
Estepa blanquecina: Cistus albidus, L.
Estepa de hoja de salvia: Cistus salvifolius, L.
Estepa de Montpeller: cistus monspeliensis, L.
Estramonio: Datura stramonium, L.
Eucalipto: Eucaliptus globulus, L.
Eupatoria de los griegos: Agrimonia eupatorium, L.
Fagnalon
[fagnalón]: Phagnalon sordidum, DC.
Fagnalon de rocas
[fagnalón de rocas]: Phagnalon rupestre, DC. var. pedunculare. W.
Falso narciso: Narcissus pseudo-narcissus, L.
Faseolo: Phaseolus vulgaris, L.
Filipendula de Montpeller: Aenanthe pimpinelloides, L.
Fitolaca: Phitolaca decandra, L.
Flor del muerto: Calendula officinalis, L.
Flor del sueño: Oxalis cernua, L.
Flor de la Trinidad: Viola tricolor, L.
Fresera: Fragaria vesca, L.
Fresnillo: Dictamnus fraxinella, Perss.
Fumaria: Fumaria officinalis, L.
Fumaria trepadora: Fumaria capreolata, L.
Galio azucarado: Gallium sucharatum, All.
Gamon
[gamón]: Asphodelus ramosus, L.
Gamon fistuloso
[gamón fistuloso]: Asphodelus fistulosus, L.
Garbanzo: Cicer arietinum, L.
Gatuña: Ononis natrix, L. var. inaequifolia.
Geranio blanco: Geranium molle, L.
Geranio roberciano: Erodium robertianum, W.
Geringuilla
[jeringuilla]: Philadelphus coronarius, L.
Girasol: Helianthus anuus, L.
Globularia: Globularia alypum, L.
Golondrinera: Chaelidonium majus, L.
Grama: Panicum daetylon, Perss.
Granado cultivado: Punica granatum L. var. sativa, Duh.
Granado silvestre: Punica grantatum, L. var. sylvestris, Tour.
Gualda: Reseda luteola, L.
Haba: Faba vulgaris, Moench, DC.
Helecho común: Pteris aquilina, L.
Heliotropio: Heliotropium, L.
Hembrilla: Triticum aestivum, L.
Herniaria de pelo áspero: Herniaria hirsuta, L.
Hiel de tierra: Chironia centaurium, DC.
Higuera: Ficus carica, L. var. faemina L.
Higuera chumba: Opuntia tuna, Mill.
Higuera infernal: Ricinus communis, L.
Hinojo: Foeniculum vulgare, Gwrtre.
Hinojo marino: Crithmum maritimum, L.
Hipericon: Hyppericum perforatum, L.
Hipericon balear: Hyppericum balearicum, L.
Hipericon ciliado: Hyppericum cyliatum, Lamk.
Hombrecillo: Humulus lupulus, L.
Jarrillas: helianthemum tuberosum, et guttatum, Mill.
Jazmin blanco
[jazmín blanco]: Jazminum officinale, L.
Jistra: Ammi jmajus, L.
Juncia comestible: Cyperus esculentus, L.
Kentrofilo ceruleo: Kentrophyllum caeruleum, Gren, Gord.
Laurel: Laurus nobilis, L.
Lechetreznas: Euphorbias.
Lechetrezna macho: Euphorbia characias, L.
Lechuga: Lactuca sativa, L.
Lechuga ampollada: Lactuca capitata, DC.
Lechuga romana: Lactuca sativa, L. var. longifolia, DC.
Lechuga rizada: Lactuca sativa, L. var. crispa, DC.
Lengua de buey: Anchusa italica, Retz.
Lenteja: Lens esculentus, Mocch.
Lentisco: Pistacia lentiscus, L.
Lentisco del Perú: Schinus molle, L.
Lepidio: Lepidium latifolium, L.
Limetero: Citrus limetta, Riss. var. bergamium, L.
Limonero: citrus limonum. Riss.
Lino: Linum usitatissimum, L.
Lirio: Iris germanica, L.
Lirio espadañal: Iris pseudo-acorus, L.
Lirio de olor de sauco
[lirio de olor de saúco]: Iris sambucina, L.
Lombriguera: Tanacetum vulgare, L.
Llanten
[llantén]: Plantago major, L.
Llanten ascuático
[llantén acuático]: Alisma plantago, L.
Madre selva
[madreselva]: Lonicera balearica, Viv.
Maguey: Agave americana, L.
Maiz
[maíz]: Zea maiz, L.
Majuelo: Crataegus monogynia, Jacq.
Malva basta: Lavatera arborea, L.
Malva común: Malva sylvestirs, L.
Malva menorquina: Malva minoricensis, L.
Malva pequeña: Malva rotundifolia, L.
Malva real: Althaea rosea, Cavan.
Manzano: Pyrus malus, L.
Maro: Teucrium marum, L.
Marojo: Viscum album, L.
Marrubio: Marrubium vulgare, L.
Mastranto: Mentha rotundifolia.
Mastranzo nevado: Mentha sylvestris, L.
Mastuerzo de Indias: Tropaeolum majus, L.
Mejorana: Origanum majorana, L.
Meliloto: Melilotus officinalis, Lamk.
Melon
[melón]: Cucumis melo, L.
Melon de Indias
[melón de Índias]: Cucurbita citrulus, L.
Membrillero: Cydonia vulgaris, Perss, DC.
Menta: Mentha sativa, L.
Menta de agua: Mentha aquatica, L.
Menta piperita: Mentha piperita L.
Mercurial: Mercurialis annua, L.
Milefolio: Achillea millefolium, L.
Moniatos: Convolvulus edulis, Tunb.
Moral blanco: Morus alba, L.
Moral negro: Morus nigra, L.
Morruges: Stellaria media, Sm.
Mostaza: Sinapis nigra, L.
Mostaza de hoja áspera: Brassica asperifolia, L.
Muermera: Clematis vitalba, L.
Nabo: Brassica napus, L.
Nabo redondo: Brassica rapa, L.
Naranjo: Citrus aurantium, Riss.
Naranjo ágrio: Citrus vulgaris, Riss.
Narciso taceta: Narcisus tazetta, L.
Nevadilla: Paronichia argentea, Lamk.
Nicociana: Nicotiana tabacum, L.
Nicociana rústica: Nicotiana rustica, L.
Níspero: Mespilus germanica, L.
Nopalera: Opuntia coccinellifera, Mill.
Nogal: Juglans regia, L.
Noronjo
[sic]: Citrus medica, Riss.
Nueza negra: Tamus communis, L.
Ojo de perdiz: Adonis aestivalis, L.
Olivilla: Cneorum tricoccum, L.
Olivo: Olea europaea, L. var. sativa, DC.
Orégano vulgar: Origanum vulgare, L. var. prismatica, Gand.
Orégano balear: Origanum balearicum, Pour.
Ortiga de China: Boemheria tenacissima.
Ortiga espinosa: Urtica urens, L.
Ortiga romana: Urtica pilulifera, L.
Oruga: Eruca sativa, Lamk.
Paquinesillo: Capsella bursa pastoris, Moench.
Paserina: Passerina hirsuta, L.
Pasote: Chenopodium ambrosioides, L.
Pavía: Amygdalus persica, L.
Pentafilon: Potentilla reptans, L.
Peonia macho: Paeonia corallina, Retz.
Pepino: Cucumis sativus, L.
Peral: Pyrus communis, L.
Perejil: Petroselinum vulgare, Lagasc.
Perejil de mar: Crithmum maritimum, L.
Perpétua amarilla: Helichrysum angustifolium, DC.
Pérsico: Persica vulgaris, Mill.
Pervinca: Vinca media, Link. et Hoff.
Picagallina: Stellaria media, Sm. DC.
Picridio de Tánger: Picridium tingitanum, Desf.
Pimpinela: Poterium muricatum, Spach.
Pino de Alepo: Pinus alepensis, Mill.
Pîno de piñones: Pinus pinea, L.
Poas: Pinum sativum, L.
Póleo
[poleo]: Mentha pulegium, L.
Polio: Teucrium polium, L.
Polipodio: Polypodium vulgare, L.
Primavera: Primula veris, L.
Quinquefolio: Potentilla reptans, L.
Quita meriendas de otoño
[quitameriendas de otoño]: Colchicum autumnale, L.
Rábano: Raphanus sativus, Smits.
Ranúnculo: Ranunculus acris, L.
Ranúnculo blanco: Anemona nemorosa, L.
Ranúnculo bulboso: Ranunculus bulbosus, L.
Ranúnculo malvado: Ranunculus sceleratus, L.
Regalicia: Glycyrrhiza glabra, L.
Romaza: Rumex obtusifolius, DC.
Romero: Rosmarinus officinalis, L.
Rosal blanco: Rosa alba, L.
Rosal castellano: Rosa gallica, L.
Rosal encarnado: Rosa gallica, L.
Rosal de Holanda: Rosa centifolia, L.
Rosal siempre verde: Rosa sempervirens, L.
Rubia peregrina: Rubia peregrina, L.
Ruda: Ruta bracteosa, DC.
Ruiponce: Campanula rapunculus, L.
Salsero: Thymus vulgaris, L.
Salvia: Salvia officinalis, L.
Sauce almendrado: Salix amygdalina, L.
Sauquillo: Sambucus ebulus, L.
Sauzgatillo: vitex agnus-castus, L.
Segullada: Globularia alypum, L.
Senecio: Senecio vulgaris, L.
Sideritis romana: Sideritis romana, L.
Siempreviva arbórea: Sempervivum tectorum, L.
Sio: Sium angustifolium, L.
[Berula erecta]
Solano negro: Solanum nigrum, L.
Solanela de mar: Convolvulus soldanela, L.
Taray: Tamarix gallica, L.
Teucrio escordio: Teucrium scordium, L.
Teucrio iva: Teucrium iva, L.
Timélea: Daphne gnidium, L.
Tomatera: Lycopersium esculentum, Dum.
Topinambur: Helianthus tuberosus, L.
Tomillo: Thymus vulgaris, L.
Toronjil: Melissa officinalis, L.
Trébol oloroso: Melilotus officinalis, Lam?
Trigo rastero: Triticum repens, L.
Veza: Vicia sativa, L.
Vid: Vitis vinifera, L.
Violeta: Viola odorata, L.
Xexa: Triticum aestivum, L., Triticum vulgare, W.
Yedra: Hedera helix, L.
Yedra-campana: Convolvulus sepium, L.
Yedra terrestre: Glechoma hederacea, L.
Zamarrilla: Teucrium polium, L.
Zanahoria: Caucalis carotta, Lagasc.
Zarzaparrilla de España: Smilax aspera, L.
Zarzamora: Rubus fruticosus, L.

Ofrecen al botánico un verdadero interés algunas plantas de la vegetación herbácea que crecen espontáneamente en la isla; patria parece ser de aquellas, a quienes su clima y terreno imprimieron a la vez caracteres particulares tan notables, que mejor pudiera apreciar de una manera más exacta el fitólogo, observando algunas silenas, litrárias, ofrides, estatites, trifolios y lotos; haciéndose aún más remarcables todavía en el astrágalo poterio, en la digital dudosa, en el alcaparro inerme, en la centaura espinosa, en la climatide con zarcillo [sic] y en la hermosa peonia coralina. Al célebre botánico Cambessedes debe el renombre de 'hernandezii' un leucoyo, en honor del memorable doctor Hernández, a quien le fuera deudor de una multitud de plantas menorquinas que aquel publicó en su "Enumeratio plantarum", Paris 1827. También dio el nombre específico de 'minoricensis' a una lavatera; si bien que hoy, desmembrada de este género, por las nuevas observaciones hechas sobre esta planta por el infatigable botánico Don Juan Rodríguez, lleva el nombre de malva menorquina, dado por este autor; así como su digital dudosa, fuera la digital 'thapsi' por el fitólogo francés.

Llaman la atención del observador, estos cuerpos de formas redondeadas tan comunes, y confundidos las más veces con las amontonadas algas y pennátulas, o plumas de mar, que este arroja sobre nuestras playas, y que conocemos con el nombre de pelotas [Posidonia]. Notamos que las procedentes de la costa del sur, son ordinariamente más finas y mayores que las del norte; mas, en todas ellas se encuentran fibras y raíces de sosteras marinas [sic] y otras hidrófitas, o sean fíceas, que con filamentos continuos, tejen un cuerpo felposo, que envuelven porcioncitas de tallos, que arrastrados por las corrientes de la aguas, toman la forma esférica, y al secarse, un color leonado más o menos intenso. Nótanse, a veces, entre su tejido, verdaderos egropilos animales, que repartidos por aquellos terrenos litorales, y procedentes de bisulcos trashumantes, fueron arrastrados al mar por las corrientes de las aguas dulces. Semejante muestra de cuerpos azoados y otros de origen vegetal, dieron lugar a diferentes dudas, hasta que las observaciones de Imperati y de Draparnand las desenvolvieron, presentando aisladamente los egropilos de mar, enteramente aislados, desenredando así la confusión en que se encontraban los naturalistas.

Nota: En un libro portugués leemos, de forma parcial: "egrópilos, são constituídos por pelotas de pêlos envolvendo un núcleo de qualquer natureza."

CAPÍTULO V. Reseña zoológica. [pp.45-87, T.I]

Si envanecerse Menorca quisiera de ser tan fecunda en las exquisitas producciones de sus vegetales, más aún serlo pudiera con estos seres vivientes, que por su modo de existir, llevan a ellos la preferencia. Los buenos pastos que su terreno produce, las salubres aguas que de su peña manan, y los cómodos apriscos que su piedra forma, todo a un tiempo concurre para el aumento de los animales. A semejantes ventajas, sin duda, se deben esas numerosas y variadas crías de ganado, que son el ornato de los campos, el sustento del hombre y una de las principales producciones de la isla. Extraese lana, queso, manteca, miel rica como la cera, ganado vacuno y mular, con algunos de sus desperdicios: trigo, legumbres, moniatos, patatas, productos de hortaliza, etc.

Copiosa es la caza, la de conejos, la de erizos y, sobre todo, la de aves, por ser numerosas las de paso, que emigran de los continentes, y vienen en diferentes épocas del año a refugiarse a esas breñas y arboledas, así como en sus seguros puertos las embarcaciones que surcan estos mares tempestuosos. Abundantísima, la pesca se ha convertido en ramo de comercio, que tal vez no tardará en ser otro interesantísimo para el país. Expórtase en viveros, buenos y numerosos peces vivos, como también diferentes especies de delicado marisco. [...] La piscicultura y ostricultura pudieran darnos, con el tiempo, los mayores resultados, porque nuestras calas son adecuadas para semejante objeto. [...] Como hemos dicho, la caza de mamíferos se limita a la de conejos y erizos; pero es mayor la de aves; siendo diferentes y variadas las especies que se encuentran, según las estaciones. Indicaremos aquí algunas, como la perdiz, la becada, la paloma torcaz, la zorita, el colombino, la fúlica, el ánade escudado, la cerceta común, el pluvial dorado, el ave fría moñuda, la codorniz, el rascón, el zorzal, el estornino y muchísimas otras que citaremos más adelante con sus nombres lemosinos o del país; como también los reptiles, peces, moluscos y animales articulados.

MAMÍFEROS. Empezaremos por los paquidermos y rumiantes, que son los que nos sirven de mayor utilidad; advirtiendo aquí, que no pudiéramos escribir el presente párrafo a nuestra entera satisfacción, sin los apuntes, que se ha servido comunicarnos nuestro particular amigo Don Serafín Cavaller, profesor de veterinaria. [pp.46-57, T.I]

CABALLO. Este fiero animal, compañero inseparable del hombre desde la más remota antigüedad, que vive por obedecerle, serle útil y dar la vida por él, se nos presenta, desde luego, bajo dos puntos de vista, a saber: lo que ofrece por su propia naturaleza, y lo que promete por su enseñanza, o sea por su domesticidad. Conquista, pues, más recomendable no la hiciera jamás. Le sirve en las duras faenas del campo y dilatados viajes, soportando los mayores contratiempos e incomodidades, que con demasiada frecuencia le sobrevienen; participa de sus recreos y placeres, animándole con su bravura en la caza, en el torneo, en la sangrienta guerra. Tan apreciable animal, para cuya historia no bastaran muchísimas páginas que omitimos aquí en obsequio de la brevedad, lo vemos, sin embargo, bastante descuidado en nuestro país. Los indígenas tienen regularmente poca alzada; por término medio, alcanzan unas siete cuartas; de formas groseras, e índole innoble y adusto; caracteres todos que manifiestan la degeneración a que ha llegado semejante especie, digna, por cierto, de mejor suerte. Su mayor provecho que aquí proporciona es de empadrear burras [sic]; pero siendo una raza incalificable y escasa ya, bien presto prevalecerá la mallorquina para los usos referidos. Si bien, destinados hoy al mero recreo de sus dueños, tenemos aquí las puras razas anglo-árabes, árabe-española, normanda y francesa.

BURRO. El caballo del pobre, porque comparte su miseria con él. Así se llama esta especie degenerada ya a lo sumo, por su mal trato, harta de mataduras, falta de cuidado y privación de alimentos. A pesar de esto, le sirve en sus necesidades, conservándose algunos pocos todavía con aquellas cualidades con que (la) naturaleza le dotó. En Menorca, como en algunos parajes de Cataluña y Valencia, son en general bien conformados y robustos; tan andariegos que pueden competir con el caballo en los dilatados viajes; por lo que nos sirven mucho, como es sabido, por su seguridad para viajar con celeridad y premura. En nuestro tiempo hemos visto dar 750 pesetas por un garañón de buena talla, robustez y docilidad, mas esto rarísimas veces; su precio medio es de 200 a 300 pesetas. Suelen tener un buen precio, también, [alto] las burras, sobre todo las jóvenes que se destinan para la cría del ganado mular; porque, como llevamos dicho, esta rinde pingües resultados.

GANADO MULAR. Como llevamos expuesto en el artículo del caballo, este se ha destinado desde mucho tiempo a la propagación del ganado mular; especie híbrida procedente de la cópula del caballo con la burra, formando el burdégano, mohíno, o sea el macho romo. A la inversa, la unión del garañón y de la yegua, forman el verdadero mulo o mula; pero no son tan comunes en la isla que aquellos, por no tener su estima. Los felices resultados que se han obtenido de semejante unión, hacen que hoy se vea esta industria en mayor escala, constituyendo una de las riquezas agrícolas del país. Los machos romos, que por su cabeza, piernas y cola, se parecen más al caballo que al mulo, son más apreciados que este, siendo más propios para los trabajos del campo y aún para tiro pesado. Los mayores tienen siete cuartas y dos dedos; son más sobrios, de mejor índole y soportan mejor el trabajo que los mulos y mulas.

BUEY. Dijimos, al hablar del aspecto agrícola de Menorca, que a las ventajas que su terreno produce se deben las numerosas y variadas crías de ganado que hoy produce, siendo el vacuno (el) que reporta su mayor provecho. El hombre que, con su razón, logró someter bajo el imperio, una infinidad de animales, escogió primero los que mejor le convenían; fijó en la isla su atención sobre el buey, y en él encontró lo que pudiera apetecer: un esclavo robusto, una carne sabrosa, una tenaz piel y todo lo demás que pudiera serle útil para atender a sus necesidades. En vista de semejantes ventajas, se afana para su multiplicación y mejora. Además de las razas que de tiempo inmemorial existen en la isla, y las que introdujo la munificencia del brigadier Kane, su gobernador durante la dominación británica, procedentes de Berbería, Francia e Inglaterra, siguen introduciéndose de nuevas. Tenemos ya la raza Suiza y los consiguientes cruzamientos, que no todos fueron dirigidos con acierto; pues hasta ahora no se ha obtenido lo que se esperaba de tan preciosa casta. Existen en la isla bueyes de gran corpulencia y alzada, bien conformados, y soportan el duro trabajo de nuestros campos, manteniéndose regularmente en buenas disposiciones para la obesidad, de modo que llegan algunos a pesar 432 kilogramos, después de haber comido los patos necesarios para su acrecentamiento. Las vacas destinadas para su propagación, dan por término medio, unas 20 libras de leche diarias, de buena calidad para la fabricación de queso y manteca. Bien mantenidas, pueden dar 30, 35 y 40 libras en el espacio de 24 horas; pero como no siempre se les puede proporcionar bueno y abundante pasto, evidente es que si se ordeñan en demasía, es consecuente su enflaquecimiento; y de ahí la causa porque se ven estos pobres animales extenuados, los años de esterilidad, que da compasión mirarlos.

OVEJA. Este débil y tímido rumiante, que tiene por enemigo a todo animal carnicero, y cuya existencia en la isla se oculta con la del hombre, de quien tuvo siempre necesidad para subsistir y multiplicar su especie, pues, es tanta su estolidez, que ni siquiera sabe huir del peligro, y muere en él si una mano no lo defiende; de modo que de todos los cuadrúpedos, es el más estúpido que se conoce. Ofrece cualidades externas muy útiles al hombre, bien a pesar de ser tan poco favorecido de la naturaleza. Diferentes son las razas que mantiene el país; pero en todas ellas se nota una degeneración más o menos demarcada: unas tienen poca alzada, poca osificación, lana fina y recta, sin disposición al cebamiento; otras, en al contrario, altas, de buena hechura y osificación, lana áspera, basta y larga, pero con buena disposición para el cebamiento. Al celo de Don José Vigo y Olives se debe la introducción de la preciosa raza merina, cuyos resultados no han correspondido hasta ahora a los sacrificios hechos para conseguirla; tal vez, por falta de mano protectora. He aquí los caracteres principales de semejante raza: alzada mediana, cuerpo ancho, pierna corta, piel encendida o de color rosáceo, cubierta de lana abundante, finísima, corta rizada, cubre todo su cuerpo, menos las axilas, parte de las bragadas, extremos de la cara y pies; de forma más redondeada que larga y plana, filamentos de su lana enroscados en espiral, apretados entre sí, muy grasientos, lo que hace que su vello se cargue de polvo más de lo regular. A este 'aedipus' o grasa se le debe atribuir la pérdida de peso que se observa, comparada con las otras lanas. Esta raza merina, de que acabamos de hablar, nos parece una sub-raza, llamada manchega. En 1860, nuestro ex-diputado, el Excmo. Sr. D. Francisco de Paula Vasallo, movido por el bien de la agricultura de este país, regaló a algunos propietarios, seis moruecos manchegos, tres blancos y otros tres, negros, con el propósito de mejorar nuestras reses; preciosos animales, que por su corpulencia, abundancia de leche y calidad de lana, llevan a estas, la preferencia. Mas, no sabemos que hubiese hembras manchegas, sin las cuales, no se pudiera conseguir raza castiza, como se echa de ver.

CABRA. Estudiando la estructura e índole de este otro rumiante, se ve que es más agreste y propio para nuestra isla que la oveja; come de todo, no la detienen las duras y erizadas espinas de los vegetales, ni respeta siquiera la causticidad de las lechetreznas ni vidalbas. Soporta toda intemperie; en todas partes encuentra albergue, y trepa hasta los más inaccesibles riscos; por esto no necesita, como la oveja, nuestro socorro. Suministra buena leche, y aún con mayor abundancia que aquella; da buena calidad de sebo; su pelo, si bien que áspero y corto, proporciona buen tejido, siendo preferible su piel a la de la oveja, y su carne, en algunas estaciones, rivaliza con la del carnero. Con todo, y a pesar de tantas ventajas, es inferior el número al de las ovejas; quizás porque son más difíciles de guardar, y su leche no influye tanto en la cantidad de manteca. Las razas de las cabras están mejor remarcadas aquí que las de aquellas. Tenemos la común de pelo variado y corto; la cachemira, de mediana alzada; unas guarnecidas de cuernos, otras mochas; de oreja corta y fina; blanca su capa con largos pelos negros, sembrados en diferentes puntos; en algunos, cubriendo casi lo pies, de modo que semejante mezcla de pelo largo y corto da la apariencia de vello. Aunque poco dispuestas al engordamiento, son lecheras; tienen largas sus tetas, y pezones cortos. Proceden de África, y originarias de las montañas del Asia. Al Sr. Barón de Lluriach debemos la introducción en el año 1871 de la fina raza granadina, de mediana alzada, pelo castaño, buenas lecheras y dispuestas para el cebamiento.

CERDO. Muy conocida es la utilidad que se saca de este animal tan provechoso para el hombre, bajo todo concepto que ocioso fuera detenernos en esto. Solo enumeraremos las dos razas que se ven en esta isla. Abundan los de patas y cuerpo largos. Esta raza, procedente del pueblo de San Cristóbal, distrito de Mercadal, bien cebada, llega a pesar 270, y aún 322 kilogramos, pero raramente. Suponemos que si se alargara más su vida, llegarían a un peso fabuloso. La otra raza que se cuenta en la isla, y que no abunda tanto, a pesar de que se ceban con más facilidad, tienen las patas y cuerpo cortos. Los cerdos de un año o algo más, cebados con higos, patatas cocidas, moniatos, habas y harina de cebada en papilla, llegan al peso de 166 kilogramos, y aún, si bien que pocos, a 187 Kg. Aquí se beneficia, con economía, el cerdo, y todo se prepara bien: la 'pella' [manteca de cerdo] presentada en 1863 a la exposición del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, consiguió el premio de medalla de bronce, con su correspondiente diploma.

PERRO. Este animal, cuya fidelidad para con el hombre, le hace más recomendable de todos, es el único que conoce a su dueño en todas las ocasiones, y los que habitan su morada; les obedece, les caricia [sic]; vigilante, noche y día; les guarda en su reposo, siguiéndoles para defenderles de sus enemigos por do quiera se dirijan; se hizo, pues, su compañero inseparable, su centinela de vista en todos tiempos, en todos los puntos del globo. De susceptible índole, de naturaleza muy propensa a variedades y alteraciones dependientes de influencias físicas; todo esto hace que su temperamento, sus facultades y aún sus hábitos, varíen notablemente e influyan hasta en su propia forma; así es que no hay constancia en él, y sus razas se cruzan a lo sumo; de ahí la confusión que se nota al pretender clasificarlas. Por esto, solo haremos mención de las siguientes: el podenco y sus sub-variedades, que se crían en esta isla, son excelentes para la caza de conejos. El gran danés nos sirve para el ganado; el perdiguero del país está muy cruzado, hasta el punto de haber perdido ya sus caracteres específicos, cosa rara en las leyes de naturaleza. Hay el punter [pointer] y el navarro. El auxiliador de Terranova y sus cruzamientos, hasta ahora, han producido algunos animales que reúnen muy buenas cualidades. El hermoso perro dalmasiano o atrigado [sic], vulgarmente conocido por danés, fue importado de la isla de Cuba por D. Francisco Harrio; su capa es blanca, salpicada de manchitas negras o color de castaña. Su particular afición al caballo, lo hace notable; le guarda siempre en la cuadra, y le acompaña en sus viajes y paseos.

GATO. No las buenas disposiciones, solo si la necesidad que tuvo el hombre de esta pequeña fiera, fue seguramente el motivo porque le enseñó el modo de vivir en sociedad, a la que se hace fácilmente. Resistiéndose de que es carnicero, la domesticidad no ha podido conseguir lo que era de esperar. Su inclinación a todo lo que tiene sombra a ratería, su perversa naturaleza, su innata malicia y particular sutileza, a la par que de bonito aspecto, limpio, vivo, mañoso y de cuerpo flexible y ligero, hace todo esto, que sea buscado y acariciado por los chiquillos y por aquellas personas que lo quieren por compañero. Todos conocemos la animosidad de este animal contra los ratones, y de ahí porque lo admitimos en sociedad. Consideramos los gatos salvajes de esta isla como desertores de las casas de despoblado; y esto nos hace creer más y más que los gatos no son enteramente domésticos, y si lo parecen, no es más que por su propia comodidad; saben esconderse para evadirse del castigo cuando hicieron alguna de las suyas.

CONEJO. Si hemos de dar crédito a nuestros historiadores, diciéndonos que durante la dominación romana se emplearon recursos militares para extinguirlo de esta isla, sería una prueba que de remotos tiempos han tenido su modo de propagar con abundancia estos animales. Por más que los cacen, como es una de nuestras principales diversiones, siempre se ven en todos los parajes de esta isla. Los de bosque, como que comen plantas más aromáticas que los de terreno cultivado, son preferibles. Los de corral no son tan sabrosos. Desde mediados de este siglo, existen aquí conejos de corral casi tan gruesos como liebres. Estas no se crían aquí. Durante la dominación británica en Menorca se pensó introducirlas, y se soltaron algunas en el distrito de Mercadal, pero bien presto desaparecieron, tal vez porque fueron cazadas.

MARTA. Esto es lo que nos causa admiración; que este animal se encuentre con bastante frecuencia en esta isla, siendo así que, como originario de los países del Norte, busca los climas fríos, terreno montuoso y trepa siempre sobre los árboles corpulentos de lo más interior de los bosques. No habita parajes rasos, alejándose de poblaciones y caseríos; en una palabra, huye de sociedad, pero siguiendo atrozmente los pájaros y sus nidos, cuyos huevos le sirven para alimentar a sus pequeños. Como aquí carecemos de ardillas y turones, cuyo alimento les fuera agradable, dan con las ratas y ratones; y por esto no dejan de ser útiles a nuestros campos.

HURÓN Y COMADREJA. Tenemos aquí dos animales, si bien congéneres, por su traza y modo de vivir, son distintos. Para la caza de conejos, el hombre saca partido del hurón, que por su domesticidad se hizo recomendable en todos tiempos en este país, donde abundan tanto los conejos; por esto se crían con particular esmero. Raro nos parece, que siendo oriundos de climas templados, y perdiéndose, algunos, en las madrigueras, no se hayan hecho silvestres, viviendo como las comadrejas, que si bien nos dicen que, en algunos puntos del continente se hicieron familiares, aquí nunca las hemos visto domesticadas, prefiriendo vivir cerca de poblado y de caseríos, seguramente porque buscan los palomares y pollos, sin perdonar ratas ni ratones.

RATA. Más recientes y repetidas las plagas de ratas en este país que la de los conejos, como hablaremos más adelante, el hombre ha procurado siempre exterminarlos, sirviéndose de distintos medios, cuando ni la sutileza del gato, no la voracidad de otros animales no bastaron para esto. La rata y el ratón constituyen dos especies bien demarcadas, y consideramos como variedad de la primera, la de cola corta, llamada sarda en la isla, y del segundo, el ratón de hocico prominente y adelagazado, de algún tiempo introducido en este país, y lo creemos procedente de Barcelona.

ERIZO. La facultad que tiene este insectíforo [sic] de poderse encerrar como un ovillo, cubierto todo su cuerpo de sutiles púas, que le cruzan por todos sentidos, hace que se pueda defender de sus enemigos y librarse, algunas veces, de ellos, sobre todo cuando está cerca de la madriguera. Ya que (la) naturaleza le creó con poca ligereza y tan débil, le favoreció con semejante armadura. Algunos autores dicen que hay dos especies de erizos; en este país solo conocemos una, sin cruzamiento alguno, y su hocico de puerco les caracteriza a todos, y no hemos visto los de hocico de perro, que constituyera el carácter específico más sobresaliente de la otra especie que, dicen, existe, pero no sabemos donde.

FOCA COMÚN. Dispersas y extinguidas ya en estas aguas baleáricas aquellas bandadas de focas, que en otros tiempos las infestaban, como también, algunos parajes de las costas del Mediterráneo, ya no se ven hoy los "rebaños del viejo Proteo", y pasaron, como sueño mitológico, los cuentos que nuestros antiguos nos referían de buena fe y con exaltada imaginación. si hemos de creer lo que dicen algunos viajeros, estos carnívoros van desapareciendo de las costas mediterráneas, y se internan por las septentrionales, donde encuentran reposo y seguridad que buscan. Sea de esto lo que fuere, de muchos años a esta parte, han disminuido notablemente en estas costas.

DELFÍN COMÚN. Si entre los cetáceos se pretendiera encontrar otro animal más carnívoro, en vano se buscaría otro mayor que el delfín. La serie de cónicos y afilados dientes, que guarnecen sus maxilas, les caracteriza, desde luego que se miran, y su grasienta túnica que se descubre al desollarlos, demuestra que no corresponde a pez alguno; carácter suficiente para separarlos de éstos, cuando no pudiéramos examinar su estructura interior. Estos son los animales que siguen nuestras embarcaciones al despedirnos de esta isla, saltando y jugueteando a su alrededor, comiendo los desperdicios que ellas arrojan en sus viajes. Abundan por estos mares, y en ciertas épocas del año, se acercan a nuestras costas, persiguiendo a los peces y moluscos, que devoran a millares, pues constituyen su alimento.

MURCIÉLAGO. Rarísima es la forma y figura de este queiróptero [sic], y no podemos menos de admirarle al examinarlo con detención. Si tuviéramos que adoptar aquí una clasificación sistemática, el murciélago tendría su asiento entre los primeros mamíferos, según Linneo. Aquí existen dos especies de murciélagos, el común y el serotino; abundantes ambas especies, viven escondidas en lo más interior de las oscuras cuevas y canteras, dentro de las rendijas de las peñas, para evadirse de la continua persecución de los muchachos, saliendo en los crepúsculos para buscar su triste alimento. Lo colocamos al último de los mamíferos, que describimos ligeramente aquí, para no degradar, digámoslo así, las anteriores especies.

AVES. Que ya indígenas, ya de paso, se ven en esta isla, en diferentes estaciones del año, citadas aquí por orden alfabético, con sus nombres triviales castellanos, algunos provinciales, y los que siguen de letra bastardilla son menorquines [aquí en negrita]. (Nota: Nuestro amigo D. Lorenzo Llorens, a quien debemos el conocimiento de algunas de estas aves, posee una hermosa colección iluminada de las mismas, de singular mérito, pintadas al natural por él mismo, y se le conoce la suma disposición que tiene para la ornitología.) [pp.57-67, T.I]

Abanto: Arpella.
Abejaruco: Abellarol, Beerol.
Abubilla: Pupút.
Agachadiza: Begasina.
Aguzanieve, Nevatilla: Titeta, Titina, Titina blava.
Aguzanieve amarilla: Titeta, Titina, Titina groga.
Aguzanieve de primavera: Titeta, Titeta de primavera.
Alcaudon: Capsigrañ.
Alcaudon real: Rébora.
Alcotan: Falconét.
Alfanque: Falconét.
Alimoche: Arpella.
Alondra: Turrola, Turrótlera.
Alondra de los bosques: Alova.
[sic]
Alondra de mar: Begasineta.
Alondra de los prados: Bisbeta, Titina sorda.
Anade de corral: Aneda doméstica.
Anade escudado: Cuerót.
Anade silbador: Aneda siuladora, Siulét.
Anade silvestre: Aneda coll-blau.
Anda-rios: Begasineta.
Ansar: Oca selvatge.
Arcea: Cega.
Arvela: Martinét.
Autillo: Xuta.
Ave de tempestad: Ausell de mal temps.
Avefria moñuda: Jua.
Avetoro menor: Veu de bou.
Avion: Ginjola, Vinjola.
Avoceta: Bec-tort.
Azulejo: Xerradó.
Azumaya: Maramiota, Oliba blanca.
Balbuzardo: Aliga-pexetera.
Becada: Cega.
Becacina: Begasina.
Becacina pequeña: Gallet de riu, Poll de riu, Titeta de riu.
Bisbita: Titina sorda.
Blongios: Suis.
Bruja: Maramiota.
Buaro: Miloca.
Buitre leonado: Vultó.
Burgomaestro: Guivina cendrosa.
Butor: Veu de bou.
Calamon: Gallet-faver.
Canario: Canari.
Cangrejero de Mahon: Garza moñuda.
Capiblanco: Métlara de cap blanc.
[sic]
Carbonera: Ferrer.
Carbonera pequeña: Ferreret.
Cerceta comun: Anadó.
Cerillo: Ti-ti-ti.
Cernícalo: Xurig, Xórig.
Cerrojillo: Menja-figas, Xiprét.
Cigüeña: Cigoña.
Cip-cip: Verderol pintat.
Cisne: Cisne.
Codorniz: Guátlera.
Cogujada: Turrola caparútxuda.
[sic]
Coliblanco: Cul-blanc.
Colombino: Xixéll.
Colorin: Cadarnera.
Collalba: Vitrac.
Corbatilla: Graha.
Coreya: Mussol.
Cormoran: Corp-marí.
Corneja calva: Graha.
Corneja negra: Graha.
Cornejuela: Miloqueta.
Corre-playas: Xirlotét.
Corvejon: Corp-marí.
Cuclillo: Cúcu.
Cuco: Cúcu.
Cuervo: Corp.
Cuervo marino: Corp-marí.
Culirrojo: Coua-rotja.
Curlis terrestre: Sibitlí.
Curruca de cabeza negra: Cap-negra.
Curruca de los cañaverales: Viudeta.
Curruca común: Ñéquera.
Curruca de invierno: Xelembrí.
Curruca pequeña: Viudeta.
Chamariz: Ferrerét blau.
Chilla: Pardal selvatge.
Chocha-perdiz: Cega.
Chorlito: Sibitlí.
Chotacabras: Tragavent.
Chova: Graha de bec-groc.
Churruca: Xelembrí.
Engaña pastores: Tragavent.
Espátula: Garse de cuera.
Estornino: Esturnell.
Factonte: Escaramitaño.
Familiar: Estranger.
Flamenco: Flamenc, Tabernacle.
Foja: Fotja.
Frailecillo: Dominico, Papagay de mar.
Gálgulo: Xerradó.
[Carraca]
Gallina de Africa: Corriolas, Cueques, Gallina morisca.
Gallina de agua: Polla d' aygua.
Gallina ciega: Cegó.
Gallina de Faraon: Corriolas.
Gallo: Gall.
Ganso: Oca.
Ganso bravo: Oca selvatge.
Garrapinos: Lugru.
Garza cenicienta: Garsa, Garsa Capitata, Garza cendrosa.
Garza blanca: Agró blanc.
Garza pequeña: Garza.
Garza purpúrea: Agró, Ugró.
Garzota: Agró blanc.
Gavilan: Gavilá.
Gaviota: Guivina.
Gaviota cenicienta: Gallina del mar.
Gaviota de manto gris-pardo: Guivina cendrosa.
Gaviota de manto negro: Gallina beldritxa.
Gaviota de pies amarillos: Baldritxa de peus grogs.
Golondrina: Uronella.
Golondrina de chimenea: Uronella.
Golondrina doméstica: Uronella.
Golondrina gris de peñas: Vinjolita de camp.
Golondrina del mar: Llambritja.
Golondrina de ribera: Cul-blanc, Uronella d' aygua.
Gorrión: Pardal.
Gorrion de las peñas: Pardal selvatge.
Grajo: Graha.
Grulla: Grua.
Grulla armada: Grua de caparutxo.
Guion: Rey de guátleras.
Halcon gentil: Falcó real.
Halcon giboso: Aliga pexetera.
Halcon indígeno: Falcó.
Herrerillo: Ferrerét blau.
Hormiguero: Furmigué, Llenguerut.
[serà 'Llengüerut']
Hortelano: Hortolá.
Jilguero: Cadarnera.
Lab
[sic]: Escaramitaño. [Stercorarius skua]
Lavandera: Titina blanca.
Lechuza: Maramiota.
Limosa comun: Cegó.
Lúgano: Lugru.
Malviz: Tort calandrót.
Marneta: Polleta d' aygua.
Martin pescador: Martinét.
Mergansar moñudo: Mergu moñut.
Mergo: Mergu.
Mergo blanquillo: Cap-blanc.
Mergo moñudo: Aneda pexetera.
Milano negro: Esparvé, Milá.
Milano parásito: Esparvé.
Milano real: Moxéta.
Milivio: Xórig, Xurig.
Miluino: Cap-vermey.
Miluvio: Xurig.
Mirlo: Merla, Metlara.
Mirlo de roca: Tort caparutxut.
Mirlo solitario: Pasera, Merla salvatge.
Morenilla de piernas amarillas: Begasineta de camas grogas.
Morenilla de piernas verdes: Begasineta de camas verdas.
Mochuelo: Oliba, Xibeca.
Negra (La negra): Ferrer.
Negra pequeña (La negra pequeña): Ferrerét.
Nevatilla: Titeta de primavera.
Nevatilla de primavera: Titeta groga.
Oca: Oca.
Oropéndola: Oriol.
Pajarito de primavera: Titina de primavera.
Pájaro diablo: Fotxa.
Paloma brava: Xixell, Xexell.
Paloma comun: Colom.
Paloma torcaz: Colom del camp.
Palomo de peñas: Colom selvatge.
Papafigo: Menja-figas, Xiprét.
Papagayo de Estrasburgo: Xarradó.
[Carraca]
Papagayo de mar: Dominico.
Papamoscas: Capsoti.
Papamoscas de collar: Capsigrañ.
Papavientos: Tragavent.
Pardillo: Passarell.
Parlanchin: Busquerét.
Pato grande: Ferré.
Pato: Aneda.
Pato de cola larga: Aneda ab coua.
Pato de cuchara: Cuerót.
Pato real: Cuerót.
Paviota de invierno
[sic]: Gallina del mar.
Pavo: Gall d' India.
Pavo real: Pavo real.
Pechi-rojo: Passarell real.
Pega-rehorda: Rébora.
Perdiz: Perdiu, Tita, Camavermeya.
Perdiz de mar: Perdiu, Vinjolita o Polleta del mar.
Pernóptero: Arpella.
Petronia: Pardal selvatge.
Pezpita: Rupidét.
Pico-cruzado: Bec-crusát.
Pico-fino de los cañaverales: Russiñol de riu.
Pico-fino-sedoso: Viudeta de riu.
Pico-gordo: Bec-gros, Menja-piñols.
Pingüino: Pingday.
Pintada: Gallina morisca.
Pintacilgo: Cadarnera.
Pinzon: Pinsá de pas.
Pinzon real: Bec-gros.
Piñonero: Bec-gros.
Pitorrojo: Rupit.
Pluvial dorado: Xirlót.
Polla de agua: Polla d' aygua mascle, Rescló.
Pollita de agua: Titeta de riu.
Pufino comun: Baldritxa.
Rabo de abadejo: Moxeta.
Rascon de Europa: Realé d' aygua.
Rascon terrestre: Rey de guátleras.
Rayuelo: Cega.
Rey de codornices: Rey de guátleras.
Reyezuelo: Rupitet.
Ruiseñor: Russeñol.
Ruiseñor de paredes: Coua-rotja.
Sordo: Poll de riu, Titeta de riu, Gallet de riu.
Taragote: Arpella.
Taravilla: Vitrac.
Terreruela: Turrola.
Torcuato: Curlera.
Torcuato verde de Italia: Ibis.
Tordilla de rio: Titeta sorda.
Tordo: Tort, Tort burell.
Tordo candor
[sic, per cantor]: Tord cantadó, Tort.
Tórtola: Tórtola del camp.
Tórtola doméstica: Tórtera blanca.
Totovia: Alova.
Triguero: Sútlera.
Troglodita: Selvatgét.
Tuerce cuello: Torcecol, Furmigué.
Vencejo, Avión: Ginjola, Vinjola.
Verdaula: Hortolá.
Verdecillo: Gafarró. ?
[sic]
Verderon: Verderol.
Verderon de Francia: Ti-ti-ti.
Torcaz: Tudó.
Zancudo: Andarí, Camas de jonc.
Zarapito real: Curlera.
Zarceta: Anadó.
Zip-zap: Verderol pintat.
Zorita: Xixell.
Zorzal: Tort cantor.
Zumaya: Garsa d' aygua.

[Per als dubtes: AGUILÓ, Cosme et MESTRE, Antoni (2017): Atles ornitonímic de les Illes Balears. -Cosme Aguiló, 1950-. Institut d'Estudis Catalans. Barcelona.] books.google.es - books.google.es [fragments]

En el gabinete de Don José Vigo, se encuentran aves disecadas, que fueron cogidas en esta isla, y notamos que algunas están todavía sin clasificar, tales como el echase, el puntal, el sitalí o el gran chirlo, el hagid o gamí, la gaviota, el suchet o espátula, la zarcella, especie de ánade pequeña, el pilét, el ánade de Ancona y otras. Aún más numeroso es el gabinete de D. Simón Sancho, antes de Sintes, que no hemos tenido ocasión de ver, a pesar del deseo de continuar en esta nómina las que tal vez no se encontraren en ella.

Entre las muchas y variadas aves de paso que vemos llegar aquí, ninguna nos ofreció tanto interés como el gálgulo, llamado impropiamente papagayo de Estrasburgo, Coracias garrula, L., que bien le conviene su nombre científico con el de Xerredó, con que es conocido en este país. Recorríamos una tarde de primavera en 1860 unas huertas de la parte norte de Ciudadela, cuando vimos llegar una de estas aves de encumbrado vuelo; procedente tal vez de la Italia septentrional, según sospechamos por el recio viento que entonces soplaba. Acometida por una ave de rapiña, cayó en el suelo exánime, y fue cogida por un joven que nos la entregó. Disecámosla pronto, y en su buche encontramos semillas tan enteras, que nos movieron la curiosidad de sembrarlas; lo que hicimos aquella tarde misma. Días después germinaron aquellas, y notamos con placer, que nacían unas hojitas, que con el tiempo observamos en la tierna planta la traza de una valerianácea. [...]

Las palomas que indicamos en la anterior nómina, todas crían en este país, menos la brava, que no tenemos noticia que se haya visto nido de esta especie, la de peñas, la torcaz y la común, que criamos en nuestros palomares, con sus numerosas variedades, según algunos naturalitas, quedan reducidas a dos: la torcaz y la doméstica, considerando que la primera es la matriz de todas las palomas. Esta se presenta como aquellas palomas errantes y fugitivas de nuestros palomares, buscando su libertad, y se posan en los árboles; indicio, el más seguro de que se han vuelto a su estado natural. Son de consideración los daños que causan a los sembrados, como aseguran los labradores; y en Menorca, que hay bastantes, conviene perseguirlas mediante la caza, so pena de tener que guardar la sementera, si no se quiere perder una parte considerable del trigo destinado a la misma. Dícese que la perdiz no daña tanto, porque se alimenta también de semillas de plantas silvestres, hormigas y otros insectos que limitan los daños que pueden, las mismas, causar. Con todo, y a pesar de lo que llevamos expuesto, la paloma, en todos tiempos se ha considerado como símbolo de la sencillez, del candor, de la inocencia, y como emblema de paz y tranquilidad en la tierra. [...]

REPTILES. [pp.67-68, T.I]

Alicántara: Dragó.
Galápago: Tortuga terrestre.
Geco fascicular: Dragó.
Geco de los muros: Dragó.
Lagartija: Sargantana.
Lagartija acuática: Sargantana d' aygua.
Rana: Granota.
Rana arbórea: Granota d' abres ó herbas.
Sapo: Calapat.
Serpiente: Serp.
Tortuga de agua dulce: Tortuga de estañ.
Tortuga de mar: Tortuga del mar.
Tortuga de tierra: Tortuga de terra.

De estos reptiles, ninguno es venenoso en este país; solo su extraña forma hace que sean temidos por las personas fáciles de impresionar; sobre todo la alicántara, de quien, así como el sapo y de la serpiente se han contado algunas fábulas. El geco habita las azoteas y desvanes de las casas, y se esconde debajo de las piedras luego que se amenaza algún peligro; en verano se le ve trepar las paredes con ligereza, haciendo la guerra a las arañas, escorpiones y otros insectos mucho más temibles que él. Cree el vulgo que el sapo mama las ovejas imposibilitándolas de poder criar; pero según observaciones del Sr. Cavaller, profesor de veterinaria, la que origina semejante enfermedad es una flemasia ocasionada por otras causas, no producidas por este reptil.

PECES. [pp.68-73, T.I]

Acedia: Pedàs.
Aguila: Clavell.
Aguya: Aguyas.
Aladroque: Aladroc.
Alardillo: Llunada.
Albacora: Bonitulét.
Albur: Cap-plá, segun algunos.
Alfange: Peix espasa.
Alfaneca: Llus ab barba.
Angel: Angel, Escát.
Anguila: Anguila.
Antias: Llampuga.
Araña sardinera: Pinxa.
Atun: Toñina.
Atun blanco: Toñina de aleta.
Baboso: Móllera.
Barbo de mar: Moll ver.
Besugo: Besug.
Biza: Bisu.
Blenio: Móllera.
Bonito: Bonitul.
Boga: Voga.
Boqueron: Aladroc.
Brema: Brema. Por algunos, el Pejesapo.
Budion: Massot.
Budion verde: Grivia.
Caballa: Barat, Cavalla.
Caballo marino: Cavall marí.
Cabezudo: Cap plá.
Cabrilla: Serrá.
Cantero: Cántara.
Capiton: Cabot.
Caramel: Gerret.
Castañuela: Castañola.
Cazon: Ca-marí.
Ceo: Gall de San Pere.
Cinta: Flámula.
Corbina: Escurbay.
Corbina pintada: Corbina.
Congrio: Congre.
Craspedoto: Ase.
Cherna: Nero.
Chopa: Oblada.
Chopeta: Obladeta, Obladiñola.
Chocha de mar: Xoxa.
Denton: Dentul.
Doncella: Donsella.
Dorada: Deurada, Orada.
Dragon marino: Dragó.
Emperador: Emperadó.
Eucarcho: Aze.
Escaro: Den-curta.
Escorpena: Escórpera.
Escorpina: Rascla.
Escribano: Veirat, Sirvia.
Escualo: Salt-roig, Gat-vairé.
Esgombro: Barat, Varat.
Espada: Peix-espasa.
Esparrayon: Esparray.
Espeton: Espet.
Enturion
[alfabèticament hauria de ser 'Esturión']: Armat, Enturió.
Exoceto: Urañola.
Faneca: Llus ab barba.
Galeo: Cá-mari.
Gallito de rey: Junglá.
Gallo: Gall, Gall de San Pere.
Gato: Gat.
Garo: Mora.
Gobio: Cabot.
Guadina: Cabot.
Haleche: Xucla.
Jifia: Peix-espasa.
Junquillo: Jonqueti (Nota: Corregim 'jonquetí' per 'jonqueti'.)
Jurel: Surell.
Lamprea: Llambresa, Xucladó.
Lampuga: Llampuga.
Lenguado: Llenguado.
Lija: Angel, Escat.
Limanda: Pedás.
Liza: Llisa.
Lubina: Llop.
Luna: Llunada.
Marmol: Mabre.
[sic]
Martillo: Llunada.
Martin pescador: Bastanaga.
Martina: Bastanaga.
Mendola: Gerrét.
Merlo: Grivia, según algunos.
Merluza: Llus.
Mero: Anfós.
Melva: Mélvera.
Mero de costa: Nero.
Mielga: Porc.
Morena: Murena.
Morena griega: Muré
Mujól: Cap-plá.
Mustelo: Mussola.
Oblada: Oblada.
Orada: Deurada, Orada.
Pagell: Pagell.
Pagro: Pagre.
Palomina: Palomita, Palomida.
Pámpano: Pámpul.
Pastinaca: Farrasa.
Pavo de mar: Variada.
Peje-araña: Araña.
Peje-diablo: Rascla.
Peje-espada: Pex espasa.
Peje-rey: Sarclét.
Peje-sapo: Rap.
Perca: Vaca.
Perro de mar: Gat-vairé.
Pescada: Llus.
Pescadilla: Llusét.
Pez-espada: Pex-espasa.
Pez-luna: Mola.
Pez-araña: Araña.
Pez-de-San Pedro: Gall de San Pere.
Pez-Sierra: Pex-espada.
Pez-volante: Cabot voladó, Pex voladó, Voladó.
Pintaroja: Gató.
Platija: Pedás.
Priste: Pex-espasa.
Puerco: Porc.
Rabosa: Rabosa.
Raja: Rejada.
Raja fullonica: Romaguera.
Rana pescadora: Buldroy, Granota del mar.
Rata: Rata, Salta-bardisa.
Raya: Rajada.
Rayada: Variada.
Razon: Rahó.
Rémora: Rémura.
Rescaza: Rascle.
Róbalo: Llob, Llobina.
Rodaballo: Salremos.
Roja: Pinta-roja.
Roncador: Beut, Cántara.
Rosillo: Roseti.
Rubio: Gallineta, Peix de San Rafel, Rafel.
Rueda: Mola.
Salmonete: Moll.
Salmonete de roca: Moll ver.
Salpa: Saupa.
Sardina: Sardina.
Sardina pequeña: Muxó.
Sargo: Sarc.
Sarguillo: Sarcotell.
Saurel: Surell.
Serrano: Serrá.
Serrato: Serrá.
Serpiente de mar: Serp del mar.
Tembladera: Tremuló.
Tollo: Gat-vairé.
Toñina: Tuñina.
Tordo de mar: Massot, Tort-massót.
Tinga: Farrasa.
Tremielga: Tremuló.
Umbrina: Umbrina.
Viejas: Tort, Tort-bavos, Roquer.
Volador: Pex voladó.

Indicamos en la página 45 las excelentes cualidades de los peces que frecuentan estas aguas, como hemos dichos en la anterior nómina. Advertimos aquí, que algunas de sus especies son temibles, no porque su alimento sea dañino, sino por unas sutiles y erizadas espinas, que guarnecen sus aletas dorsales y torácicas; como son, la araña, la escorpena, la sardinera y sobre todo, la tinga, que la lleva en la caudal, muy gruesa y aguda, como un pequeño puñal, la que ha producido graves daños en los miembros de los pescadores; por esto, desde tiempo inmemorial, está prohibido expender estos pescados públicamente sin separar de antemano semejante pincho del animal. La piedra contra-veneno y la triaca son los medicamentos que tópicamente se aplican, y calman el dolor después de algunas horas de aplicados.

MOLUSCOS. [pp.73-78, T.I]

CEFALÓPODOS.

Argonauta: Ou de pop.
Calamar: Calamá.
Calamarejo: Calamarí.
Choco: Cigala, Sipió.
Jibia: Sípia.
Jibia pequeña: Cigala.
Lula: Calamá.
Nautilo: Mariné.
Pulpo: Pop.
Pulpo almizclado: Pop mosqué.
Sepiola: Calamarinét.
Sepiosa: Calamarons.
Tintero: Calamá.
Xiba: Sípia.

GASTERÓPOODOS

Almendra de mar: Metló.
Bigarro: Corn de curná, Corn de viudo.
Bocina: Corn de platja.
Bocina de cinturon y otras especies: Cornéts.
Bocina de tintes: Corn de fel.
Bocina variada: Corn pintat.
Bulima: Caragol de tronc.
Caracol: Caragol.
Caracol de mar: Caragol del mar.
Caracol de monte: Mongeta.
Caracol sapenco: Buvé.
Caracola: Corn de curná.
Caracolejo: Caragolí.
Casida undulada: Corn de viña.
Cerita: Pada.
Cerita mediterránea: Padeta.
Ciclops: Estrelletas.
Clausílios: Caragols de tronc.
Clipidela: Pagellida en furat.
Cono: Ballaruga.
Cono mediterráneo: Ballaruga.
Columbela: Ballaruga.
Columbela escrita: Padeta.
Cornecitos: Cornéts.
Craspedoto bordado: Aze.
Crepídula en forma de uña: Chiquenét, Sabatetas.
Cuñadillas: Corn ab puas.
Fisurela: Pagellida en furat.
Fuso córneo: Corn dols.
Haliotis lamellosa: Grexera, Orella.
Jantina: Bover morat.
Lapa: Pagellida.
Limazas: Llimacs.
Marginella exilis: Gra de blat.
Marginella miliaria: Gra d' arros.
Minja: Caragolí.
Mitra ebenus: Caragolét del mar.
Murex: entre sus especies se encuentran un Corn dols y cornet.
Nassa: hay entre estas especies, corns y curnets.
Natica intrincata: Buveret del mar.
Nentero: Caragol vert.
Nento: Caragol vert.
Ombligo: Caragol de plata
[sic: serà 'caragol de platja'?].
Oreja de marina: Orella de Vénus.
Peñasco trúnculo (Murex trunculus): Corn blau.
Porcelanas (Ciprae): Porcellanas y Porcellanetas.
Púrpuras: entre sus especies se encuentra un Corn.
Trochus Richardi: Hay muchas especies y el Caragol de platja.
Trompetillas: Trompetas.
Tritones (Murices): Corn de viudo y otros.
Turbo rugoso
[sic, Turbo rugoso?]: Corn de nineta.

Gasterópodos que carecen de nombres vulgares lemosinos o que no conocemos: Ampolla, Ancho bordo, Argo, Bulla, Capulo, Caliptrea, Cascos, Casidaria, Cancelaria, Cocum glabrum, Cono dorado, Cono tigre, Chenopodus, Chiton sículo, Delfíneas, Depilatoriae, Dolium galea, Dentalium dentale, Emarginulas, Estrombos, Eulimas, Fossarus ambiguus, Fisurellas, Góndolas (,) Gota de agua, Hamínea, Husos, Lachesis minima, Ligaretus limbo, Litorinas, Lobiger, Mangelias, Mitrax lumbelaria, Náticas, Neritina, Ojo de rubí, Ojo de buey, Oliva, Ovula sbelta, Planobes, Pleurotoma, Ringicula, Rissoas, Scaphandes, Scalarias, Tapia de boca aplastada, Turritellas, Tornatella.

ACÉFALOS O CONCHAS.

Almeja: Escupiña gravada.
Almeja comestible: Escupiña gravada.
Almeja enana: Escupiñeta, Musclét.
Almeja de río: Escupiña blanca, Escupiña de riu.
Anomia epifidio: Ortiga borda de verí.
Arca: Peu de cabrit bort.
Arca barbada: Peu de cabrit bort.
Arca Noé: Peu de cabrit bort.
Avícula: Avícula.
Bellotas del mar: Aglans del mar.
Broma: Broma.
Bucarda: Escupiña corn de bou.
Cárdio comestible: Escupiña de gallét.
Cárdio como erizo: Escupiña ab puas.
Cárdita almizclada: Escupiña de frare.
Cardita surcada: Escupiña de curasó.
Clicas: Escupiña de gallét.
Concha de Santiago: Xél.
Coquina: Escupiña francesa.
Corazon de buey: Escupiña cor de bou.
Chama epifoides: Ortiga borda.
Dátil del mar: Dátil del mar, Dátil de roca.
Datilito blanco: Datilét blanc.
Donax polita: Tellerinas y otra.
Espóndilo: Ortiga vermeya.
Foladas: Datils del mar.
Fragilia fragil: Escupiña de sang.
Lima escamosa: Mica de pa espinosa.
Lima hinchada: Mica de pa.
Lonqueiron: Maneg de guinevét.
Lutraria oblonga: Guitzu, Bisu.
Mactra de los bobos: Escupiña bestia.
Madreperla: Maraperla.
Mangos de cuchillo: Manegs de guinevét.
Mejillón: Musclo.
Modiola barbuda: Musclét.
Muergo: Maneg de guinevét.
Nácar: Nacra.
Navaja: Maneg de guinevét.
Ostra comestible: Ostia blanca.
Ostracino: Ostió, Ostia borda.
Pechina: Escupiña llisa, Cluissa.
Peine dauco y otros: Rumeretas.
Peine flexuoso: Xelét.
Peine pié de gato: Vitigal.
Peine de Santiago: Xél.
Peine sentis: Rumereta.
Peine surcado: Xelét.
Peine vario: Rumereta.
Peine variado: Xelét.
Petúnculo peloso
[sic]: Escupiña inglesa.
Pinna noble: Nacre.
Rupicula: Ballaruga.
Tapes aurea: Escupiña burday.
Tapes decussata: Escupiña llisa, Cluissa.
Tapes florida: Escupiña burday.
Tapes texturada: Escupiña de llet.
Telina encarnada: Escupiña llisa.
Telina resplandeciente: Escupiña llustrosa.
Veneras: Vitigals.
Vénus gallina: Escupiña maltesa.
Vénus verrugosa: Escupiña gravada.

Acéfalos sin nombre vulgar conocido: Anatifas, Anodontes, Anomias, Ascidios, Astantes, Avícula, Canastos, Cardios, Carditas, Cicladas, Circe, Córbulas, Dione, Dosinias, Leda, Lépton, Lucinas, Mactra, Martillo, Mediolaria, Mias, Mitilo, Montarenta, Ostras, Peine limas, Pechinas, Petricola, Petunculus, Pinna, Psammobia, Sindomia, Tracias, Tapes, Vénus.

ARTICULADOS. [pp.78-81, T.I]

ANNÉLIDES.

Gusanos acuáticos: Cuc d' aygua.
Gusano de tierra: Cuc de terra.
Lombriz marina: Cuc de mar.
Sanguijuelas: Sangoneras, y otros.

CRUSTÁCEOS.

Araña de mar: Cranc ab puas.
Astaco: Grumant, Llumantu.
Caiba: Cabra, Cranca.
Camaron: Gamba.
Cangrejo: Cranc.
Cangrejo araña: Cranc ab puas.
Cangrejo ermitaño: Hermitá.
Cangrejo de río: Grumant.
Centolla: Cabra, Cranca.
Langosta: Llagosta, y otros.
Paguero: Cranc inglés, Cranc locu.
Arañas: Arañas d' abres, caseras, d' horts, etc.
Araderes: Llauradors.
Ascarides: Llauradors, y otros.

MIRIÁPODOS.

Escolopendra: Cent camas.
Escutijeros: Sumeretes, Patrenostreras.
Julida: Mil camas.

INSECTOS.

Abejorro: Burinot.
Abeja: Abella.
Abejon: Abella borda.
Adalias: entre ellas el Puriol petit.
Aglosa: Arna falsa de cuiros.
Alacran: Escurpí.
Avispas: Vespres.
[sic]
Araña hormiga: Rey de furmigas.
Blatas: Paneras.
Blaps: Avisadors de la mort.
Cabeza de muerte: Cap de mort.
Capricornios: Bañariqués de soca de perera.
Casida: Cochinilla d' arbre.
Carcoma: Corc de lleña.
Cetonia opaca: Escarabat de mel.
Cetonias: Escarabats de flos, barbuts o peluts.
Cicindela campestre: Llagost.
Cicindela litoral: Llagost de marina.
Cigarra: Cigala.
Coco: Corc de llevós y fruitas.
Cochinilla: Cochinilla d' arbres.
Cochinilla variable: Puriol.
Cópris de España: Escarabat candalé.
Crisomela del álamo: Cantaria borda.
Crisomela sanguinolenta: Cantaria borda.
Chilocoros: entre ellos el puriolét.
Chinche del agua: Chinche d' aygua.
Chinches: Chinche.
Dormestes, como el destructor, el pellejo, el raton y otros: Arnas.
Efímeros: Efímeros.
Elafo: Casadó de insectes.
Enterrador: Enterradó.
Escarabajo de España: Escarabat candalé.
Escarabajo tortuga: Cochinilla d' arbre.
Escorpion: Escurpí.
Esfinges: Caps de mort.
Estercolarios: Escarabat femeté.
Estratiencas: Moscas armadas.
Falena: Palumeta.
Feronia: Escurpí.
Frigana: Moscató.
Garrapata: Paparra negra.
Garrapata: .
Girinos: Texidós.
Gorgojo: Corc de blat.
Gorgojo imperial: como el rubio, el tenebroso, etc.: Corc de blat.
Grillo: Griu.
Grillo-talpa: Cadell.
Gusano de Dios: Puriol y Puriolét.
Gusano escarlata: Puriol y Puriolét.
Gusano púrpura: Puriol y Puriolét.
Gusano de la Vírgen: Puriol y Puriolét.
Gymnopleurus sturnus: Escarabat de bolla.
Hormigas: Formigas.
Lampiro: Lluerna.
Langosta: Llagost.
Libélulas: Señoretas.
Lepisma: Cuniets de buval o platatjats.
Luciérnaga: Lluerna.
Mantidas: Monjas, Plegamans.
Martas: Monjas.
Mariposas: Mariposas, Papallons.
mardihui: Corc de blat.
Mosca amática: Mosca d' aygua.
Mosquito: Muscart.
Mosca estratímera: Mosca armada.
Mosca sepulcral: Mosca de sepultura.
Mosca verde: Mosca verde.
Mosca vibrante: Mosca verinosa.
Moscarda: Mosca de carn.
Necroforo: Eenterradó.
Ocypus oleus: Escurpí negre.
Ocypus picipennis: Escurpí negre.
Polilla: Arnas de diferents sustancias.
Pulgas: Pussas.
Phyllognatus: Escarabat candaler.
Pulgon: Pulgó.
Púrpura: Puriol y puriolét.
Rezadera: Monja.
Rezno: .
Risotrogus lapidus: Escarabat d' Ave Maria.
Tábano: Mosca de animals.
Tenebrion: Insecto que cria las cremaneras.
[sic]
Timarca: Escarabat de San Juan.

Otros insectos, cuyos nombres lemosinos ignoramos: Mutilas, Noctuelas, Poduras, Tentredos, Termites, Tipulas, Sigenas, Volteadores y otros.

RADIADOS [p.82, T.I]

EQUINODERMOS

Asteria: Estrella del mar.
Castaña de mar: Vogamarí.
Erizo de mar: Vogamarí, Erizó.
Estrella de mar: Estrella del mar.
Liebre marina: Bou.

ENTEZOARIOS [p.82, T.I]

LOMBRICES INTESTINALES

Ascaride lombrical: Cuc dels budells.
Ascaride vermicular: Cuc del colon.
Estróngulo: Cuc del cavall.
Filario: Cuc del colon.
Gusano de dos bocas: Cuc de duas bocas.
Ligular: Cuc de peix d' aygua dolsa.
Tenia: Solitari.

ACALEFOS [p.82, T.I]

Medusas: Borns.

POLIPOS [pp.82-83, T.I]

Actinias: Ortigas del mar.
Anemonas del mar: Anemonas del mar.
Astreas: Managuins del mar, Randas del mar.
Coral rojo: Coral del comers.
Hidras: Secarins.
Madríporas: Coral bort, Crespei.
Ortiga del mar: Ortiga del mar.
Pólipo de brazos: Secarins.
Tubíporas: Orgas y altres figuras caprichosas del mar.
Vertíceles: Plumeros.

MICROZOARIOS [p.82, T.I]

INFUSORIOS

Anguilas microscópicas: Cabotéts.
Vibriones: Cabotéts.

Microzoarios sin nombre: Monadas y Volvoces.

No concluiremos este párrafo sin hacer una ligera mención de esa roca que frecuentemente se encuentra en algunos parajes de la isla, en el fondo de las aguas del mar, que admira al viajero al pisar estas costas. Esta piedra folada [sic] o datilífera, del griego 'dactylon', dedo; porque tienen, efectivamente, sus conchas, la figura del dedo índice, con una igual anchura en toda su extensión, ha sido objeto de profundas investigaciones por los naturalistas. Según estos, el molusco se introduce en la piedra por un agujero tan pequeño, por lo regular, que es preciso el microscopio para observarlo; pero suficiente para comunicarse con los agentes externos y sustentarle. Lo que dice L'Hwyd en su carta a Ray, que vio piedras datilíferas sin agujero alguno perceptible, no es probable, y aunque lo fuera, los mencionados moluscos pudieran comunicación con las aguas. Observando la formación de esas piedras calizas que los contienen, se ve una masa muy porosa que da libre paso al líquido, de modo que si se vacía, muy presto vuelve a llenarse. De semejante propiedad sacamos provecho en otros tiempos, de modo que conseguimos crías de sanguijuelas en una fuente situada en el barranco, cerca de Ciudadela. A este fin sumergimos en la misma, pilas de piedra folada con una porción de barro; y vivían allí las sanguijuelas alternativamente en el lodo y en el agua que absorbía la expresada piedra. Los dátiles crecen dentro de aquellas rocas, como los 'teredos' en las maderas; y creemos, con Duméril, quien corrobora la opinión de otros naturalistas, que el molusco en cuestión, segrega un ácido particular que reblandece y altera la piedra caliza que, estrecho, lo sitia. Creemos, más aún, que semejante alteración llega a formar la cubierta o concha del animal, y le da su incremento, por consiguiente. Allí vive el animal, sumergido, dentro del agua que le suministra su alimento. Algunos naturalistas creen que semejante animal no taladra la piedra, sino que este se forma en torno de ella; pero no es así, de modo que se han encontrado hasta dentro (de) columnas de templos inmediatos al mar, de lo que se deduce claramente que fueron atacadas por dicho animal después de construidas. Otra prueba demuestra esta verdad, y es que algunas foladas se encuentran pasadas por otras foladas. Nuestros famosos buzos conocen, a primera vista, las rocas foladas, y observan que de ellas se desprenden pequeñas burbujas cuando están en el fondo de las aguas. Esto nos hace creer más lo que dicen los naturalistas mencionados, que estos animales segregan un ácido. Este se unirá con la cal de la piedra caliza y desalojará el ácido carbónico que, en burbujitas, se desprende. Cosa curiosa es, ver abrir semejantes peñas mediante cuñas de hierro, y de su seno, sacar animales provistos de conchas bivalvas, manjar sabrosísimo, si bien que afrodisíaco. Desde mayo a octubre, son muy apreciados, sobre todo, los del Puerto de Mahon. Además de esta especie, que los naturalistas denominan bajo los nombres de Pholas, sive Pholadas dactyliferas (Lithodomus litophagus)*, en la isla se conocen, como llevamos dicho arriba, el Datilito blanco (Gastrophena dubia) y la Folada (Pholas candida).

Nota: Lithophaga lithophaga (Mytilidae), Dátil de mar.

Entre las numerosas y variadas especies de animales invertebrados que acabamos de enumerar, algunos suministran manjares más o menos exquisitos y sabrosos; otros son dañinos, al paso que los hay que destruyen a los mismos nocivos. Por sus buenas cualidades, los primeros constituyen un ramo de comercio, que debiera llamar la atención de los que conocen las ventajas que este proporcionaría a nuestro país, si se estableciera en mayor escala del que hoy se encuentra; observando la facilidad con que estos animales se reproducen, si se dirigen por hombres de profesión, como hemos mencionado en la página 45. Hablamos de los acéfalos o conchas comunes en nuestros mares, tan apreciados en el continente por su gusto delicado, que se sirven en las mesas de primer orden, y se pagan, por lo mismo, a precios más que regulares. Si bien que no tan apreciados, los gasterópodos, son buscados por los indígenas en ciertas épocas del año, y no teniendo el valor que aquellos, ofrecen también un grato alimento. Abundantísimos, los cefalópodos, abastecen las poblaciones marítimas, siendo un recurso para toda clase de familias, sobre todo las menos acomodadas, por su baratura, al paso que de fácil digestión. Descuellan entre los crustáceos, las langostas, las centollas y los cangrejos, sabrosos a cual mejor, según las estaciones del año.

Si bien que corto, el número de los annélides que se encuentran en este país, entre ellos se divisan, las sanguijuelas, que en otros tiempos, abundaban, y además de abastecer las farmacias de esta isla, se extraían, constituyendo un género de exportación, que iba aumentándose, a medida que se dedicaban a su pesca, familias de todas las poblaciones de la isla; pero desde que se han secado muchos terrenos pantanosos, han disminuido notablemente, desde cuarenta años a esta parte. Abundan aquí las sanguijuelas oficinales, de buen tamaño, sanas y fáciles de aplicar; si bien que, entre ellas, había las especies llamadas sanguijuela de caballo, la verde rayada, la manchada, etc., que todavía existen, pero en cortas cantidades.

Si entre los arácnides hay que temer las arañas, durante la rigorosa estación del verano, entre los insectos, la garrapata negra, peor la pequeña, es la más temible de todas las especies aquí conocidas, sobre todo en verano, produciendo daños serios, que comprometen la vida de los mordidos por este pequeñito y despreciable insecto, causando, a veces, la muerte si, impunemente, se acude a la sangría, antes de un escrupuloso reconocimiento del cuerpo de aquellos.

Variando (la) Naturaleza sus producciones por causas accidentales, encubiertas las unas veces con su misterioso velo, ofrece un campo sin límites al investigador, que se propone penetrar sus arcanos. Nadie mejor que el que cultiva las ciencias naturales ve semejante inmensidad, nadie toca más dificultades cuando busca la verdad por sí mismo entre un prodigioso número de hechos, donde la teoría, raramente puede guiar con seguridad. Poco hemos hecho, en comparación de lo que pudiera hacer otro de mayores conocimientos y que mejor, del tiempo, dispusiera; mas, nuestras relaciones contraídas con algunos profesores, la mayor parte de estas islas Baleares, y en particular, con el profundo entomólogo Don Francisco Cardona, y el aventajado botánico, Don Juan Rodríguez (véase la página 43), a quienes somos deudores de algunas observaciones concernientes a los anillados y plantas que viven en este país, nos han impulsado a publicar este trabajo. Si con él enseñásemos una parte de los seres que este suelo produce, las más veces, menospreciados por el vulgo; si incitásemos al estudio de nuestras producciones, fuera toda nuestra mayor recompensa. [Fin del capítulo.] [...]

SEGUNDA PARTE: Historia, política y civil

PRIMER PERÍODO: Desde los más remotos tiempos hasta la venida de los cartagineses. [...]

CAPÍTULO I. Antiguos pobladores. [...] [pp.89-96, T.I]

CAPÍTULO II. Fenicios. [...] [pp.97-102, T.I]

CAPÍTULO III. Griegos. [...] [pp.103-111, T.I]

CAPÍTULO IV. Hondero balear y nombre scon que ha sido denominado este país. [pp.112-121, T.I]

Persuadidos que fue la necesidad, y no otra cosa, lo que obligó a valerse de la honda a aquellos hombres medio salvajes y de sí fieros que vivieron en este país en los remotos siglos, ante de haber tenido roce alguno con los extraños, por ser un arma cómoda, económica, y cuyas proyectiles se tienen aquí siempre a mano, según dijimos en la página 95, omitiremos ahora toda ulterior hipótesis que acerca de su origen han escrito los autores de todas edades; porque en esto, diferencian de pareceres, y nada adelantan en conocimiento histórico. Nos detendremos, empero, en las diferentes denominaciones que recibió este mismo país, ya por haber sido sus moradores tan diestros en el manejo de esta arma, ya por su singular vestidura, ya, en fin, por la manera de presentarse en el combate.

La honda recibió el nombre de baleárica, 'balearica funda', por la destreza con que estos isleños, así como sus vecinos de la isla mayor, elevaban o tiraban las piedras a una considerable altura. [...] Todos los historiadores dicen, hablando de estos habitantes, que se hicieron célebres por semejante habilidad; se conocían por los mejores honderos, desde la más remota antigüedad, y las piedras salidas de sus hondas atravesaban adargas, cascos y corazas. Según un autor moderno, el nombre Balear en lengua púnica era la traducción del nombre griego 'gymnesios' [desnudos?, però 'gimnasias', ejercitarse, pelear], 'honderos', que les habían dado los griegos. Era tan general entre estos insulares el ejercicio de dicha arma en aquellos tiempos, y la consideraban de tal importancia, que los padres no daban pan a sus hijos si antes no lo habían derribado de una pedrada de encima de un palo, como dice Estrabón y Diodoro Sículo. Floro, que traduce las palabras de aquel autor: "Cibum puer a matre non accipit nisiquam, ipsa mostrante, percusit".

Muchos autores antiguos hablan de la honda, y el primero que vemos citado es Job. Los habitantes de la Palestina fueron, según Plinio, los primeros que la usaron; y los de Egipto, Patras y Dimas, pueblos del Asia menor, fueron los más hábiles en aquel ejercicio, según Tito Livio. Hablando, la Biblia, de los moradores de Gabaa, dice que fueron tan hábiles en esto "que acertaban a un cabello". Muy sabido es que David, de una pedrada, mató a Goliat, y esto lo vemos confirmado en el primero de los reyes, como también los estragos que los honderos de Israel hicieron sobre la ciudad de Moab. Los griegos celebraban como famosos honderos, a los 'acarnianos'; pero más adelante, les aventajaron los 'aqueos', de modo que llegó a formar fama entre ellos, y se decía, hablando de un certero tirador "achaicum telum".

Vegecio, gran maestro de armas, dice que los baleares fueron los verdaderos inventores de la honda, o los que a lo menos, superaron a los demás pueblos en su manejo. Esta no era más que una cuerda, que se cogía con la mano derecha, por sus dos extremidades; una terminaba con una asa, que circuía la muñeca, para sujetar uno de los dos cabos, al momento de soltar el otro, luego de haber dado con ella alguna vueltas entorno de la cabeza. Ensanchábase la mencionada cuerda en el centro, para colocar en él la piedra o proyectil que debía arrojar. Estrabón habla de las tres hondas que usaban los baleares: el 'macrocolon', especie de honda que servía para arrojar piedras a grandes distancias, la que se construía de crines, de nervios o de una especie de junco marítimo, al que llamaban los griegos 'oxyschaenos', como dice Plinio. Vemos, empero, que Virgilio las cree construidas de estopa, como puede leerse en su Geologia Lib. I. v. 309: "Stuppea torquntem Balearis verbera fundae". Ceñíanse los baleares la cintura con esa cuerda por ser la más larga, según opinan los escritores, como parece más razonable. Servía el 'brachycolon' para tirar de cerca: esta honda se construia de pieles de animales; pero mejores eran las de nonatos y las de lino, como dice elegantemente Vegecio (Lib. III. cap. 14): "Fundae ex lino vel fetis factae, has enim dicunt meliores". Dícese que con esta honda lanzaban los baleares piedras de peso de una libra, y la llevaban en torno de su cabeza. La honda de tercera clase, o sea, la ordinaria, se construía con nervios, y se consideraba como inferior a las demás; esta se llevaba en la mano derecha, y según el citado escritor, era tanto el impulso que se le daba, que algunas veces se hacían pedazos; y dándole no más que tres vueltas, asegura Silio, que se perdía el proyectil de vista por el aire; lo más común eran estas piedras o guijarros; pero algunas veces se empleaban balas de plomo o de otro metal, y Lipsio expresa su forma. Refiriéndose a muchos documentos auténticos, el citado Silio, dice que entonces se conocían poco los proyectiles de plomo. Al hablar de estos, Ovidio asegura que nuestros honderos arrojaban las balas con tanta violencia que se encandecían por el aire, como puede leerse en su Metamorfosis L II, p. 729: "Non secus exarsit, quam cum Balearica plumbum / Funda jacint, volat, illud et incandescit eundo: / Et quos non habuit sub nubibus, invenit ignes". También lo afirman Lucano y Séneca; mas Lepsis y otros escritores creen que son fricciones poéticas o sean fábulas. Hablando Floro de estos honderos, dice que algunas veces se presentaban a la guerra con una honda, sin cintura alguna, llevando un escudo en la mano, o chuzo con su punta algo carbonizada, y rara vez guarnecida de hierro. Durante la estación calurosa, iban enteramente desnudos, de donde tomaron los nombres de 'gimnesios', 'gymnedes' o 'gymnetes', con los cuales, los griegos les denominaron, tomados de una de sus voces que quiere decir 'desnudez', sea por su agilidad o por la costumbre que tenían de presentarse desnudos a la guerra. Por esto se untaban su cuerpo con aceite de lentisco, mezclado con una sustancia grasa y otra resinosa, como preservativo para los golpes y hacerse más ágiles, según afirman algunos autores antiguos.

Como refiere Hesychion de semejante costumbre de los 'gymnedes', recibió el nombre este país. En invierno, usaban un ligero vestido, con mangas, a veces, según Diodoro Siculo, llamado 'sisyrna', nombre griego derivado de'sisyra'; y aquí la razón porque los denomina Licofronte 'sisyrnoditas'. Era esta una túnica, las más veces construida de piel, ordinariamente de oveja blanca, raras veces de otro color, y dice Julián que también servían para cubrir sus camas, hacer cobertizos y otros usos. Hablando Polux de las costumbres de los escitas, dice que también usaban estas pieles, lo mismo que los africanos, según Esqueiro, cuya costumbre aprendieron acaso de ellos nuestros honderos. Estos causaban estragos de consideración al enemigo; servíanse de ellos, los fenicios, cartagineses y romanos, empleándolos como ahora los guerrilleros para entretener al enemigo con escaramuzas a vanguardia, a fin de dar tiempo que el grueso de la legiones se formasen en batalla, o fuera de la manera que mandaba el general, a cubierto de los tiros de aquellos. Pasaban después a retaguardia, y desde allí, molestaban de continuo al enemigo.

Cuando la minoría de Luis XIV, por los años 1648, hubo en Francia una guerra civil, que se la dio el nombre de la honda, en la que lucharon dos partidos, el uno se apellidaba el de 'masarinos', y el otro, el de los 'honderos'. A pesar de la importancia que se daba a esta arma, como vemos, a mediados del siglo XVII, poco a poco, perdió su prestigio, lo que se atribuye al haberse generalizado las armas de fuego, que también fue el motivo, sin duda, de haberse desterrado el uso del arco y de las flechas, que se cree aún más antiguo que el de la honda, todavía. Dameto, en su Historia general de Mallorca, página 72, dice "que no solo fueron los baleares los inventores de estas hondas, pero aún de otras máquinas y bélicos instrumentos, que los antiguos llamaron ballestas, fundíalos, manganas o mangánicas, y después, algo corrompido el vocablo, fonebols, manganells y trabucos". [...]

SEGUNDO PERÍODO: Desde la venida de los cartagineses, hasta la dominación del romano imperio.

CAPÍTULO I. Tentativas de los cartagineses para apoderarse de la isla. [...] [pp.122-125, T.I]

CAPÍTULO II. Cartagineses. [...] [pp.126-131, T.I]

CAPÍTULO III. Guerra con los romanos. [...] [pp.132-150, T.I]

CAPÍTULO IV. Servicios de los honderos baleares en las guerras púnicas. [pp.151-155, T.I]

[...] Hemos visto que nuestros honderos sirvieron en Sicilia con sus acertadas hondas, en la guerra motivada por la infame traición de los agrigentinos, y después, contra el viejo Dionisio, tirano de Siracusa, y que en ambas guerras militaron heroicamente, haciendo caer la balanza en favor de las armas cartaginesas, según refiere Mariana, antes de concluida la primer guerra púnica. Conociendo Amílcar ya su valor, llevose 300 de los más escogidos a la expresada isla, quedando después muy satisfecho de su valor y lealtad. Dicen muy respetables escritores españoles, que si bien los cartagineses tenían conquistado a este país, sin embargo, habían respetado la libertad de estos honderos, a quines temían por su fiereza y valentía; no obstante, ignóranse los medios como lo hacían; se llevaban muchos, de los cuales, obtenían su mayor provecho en sus guerras con naciones extrañas. Hable el ejército de C. Luctacio, cuando su derrota, que dio fin a su primera guerra. Hable la armada cartaginesa cuando, de regreso de aquella isla, no encontró asilo en estos puertos, en donde fue recibida a pedradas por estar muy descontentos del gobierno de Cartago, estos habitantes. [...]

TERCER PERÍODO: Desde la venida de los romanos, hasta el nacimiento de Ntro. Sr. Jesu-Cristo.

CAPÍTULO I. Romanos. [...] [pp.155-159, T.I]

CAPÍTULO II. Dominación romana. [...] [pp.160-166, T.I]

CAPÍTULO III. Agricultura, comercio, industria y marina. [pp.167-171, T.I]

[...] Roma recibía de los pueblos del Mediterráneo aceite, vino, carneros, pesca salada y lana, entre ella, la de Tarragona era muy apreciada; llegó a darse por uno de aquellos animales, un talento. En las cercanías de la expresada ciudad, se hacían tejidos muy finos, que los compraban los opulentos romanos; semejantes géneros eran raros y, por lo tanto, muy apreciados, y se les daba el nombre de 'carbasus', que tenían un precio muy elevado, y no solo se apreciaban por su extremada finura, sí que también, por la consistencia y viveza de colores. Créese que nuestra 'bocina de tintes' [caracol marino] servía para fijar en ella el hermoso y duradero color de púrpura, que también sabían utilizar los habitantes de Tiro y Sidon, y por esto mantenían estas islas un tráfico con España. Algunos dicen que, también, el vermellón nuestro se había igualmente considerado como género de exportación; lo que extrañamos, ahora, por no encontrarlo puro. Además de estos dos últimos géneros de comercio, extraíase de la isla, ganado, pieles, lana, frutos, cordaje de juncos, azúcar, y atendida la superioridad de la miel y cera, podría ser que fuese, también, un producto de exportación, dado que lo era ya el azúcar, según dicen algunos escritores, como también tenemos noticia que la obtenían en Ibiza, en aquellos tiempos. Raro es que Masdeu, en su Historia crítica, no diga algo de nuestra miel y cera, que pocos conocimientos se requieren para su obtención, y hable del azúcar, para cuya preparación se necesitan mayores conocimientos, como es sabido; esto nos hace creer que semejante azúcar sería de mala calidad, y que apenas pudiera dársele dicho nombre por su gusto más o menos parecido a él.

Sabemos que nuestros honderos eran dados al vino y, no obstante, poco nos hablan los historiadores, acerca (de) las viñas y modo de elaborar el vino del país, por lo que creemos que la viña, entonces, era muy poco conocida, y que el que se gastaba aquí sería producción que traían los fenicios para trocarlo con otros géneros que necesitaban en sus países. Nada sabemos tampoco acerca (de) la obtención del aceite de olivas, y suponemos que era un género de importación también por los mismos fenicios. El aceite indígeno se sacaba del lentisco, y mezclado con resina y una sustancia grasa, servía para untarse el cuerpo, como dijimos, hablando de los honderos baleares.

Abundantes, los acebuches, en esta isla, no servían en aquellos tiempos para la obtención de su aceite, según dice Diodoro Sículo, y estaba reservado a los extranjeros su comercio de introducción, los cuales cambiaban con los frutos sobrantes a los isleños, como hacían con el vino y otros géneros que no tenían estos. A los fenicios se debe la introducción de los pesos, balanzas y medidas, conocidos por estos desde tiempo de Abraham, según "L' origen des Lois".

Poco sabemos cómo se hacían entonces las exportaciones de los frutos de este país; es de creer que casi todo lo hicieron los extranjeros, si hemos de dar fe a lo que dicen los Padres Mohedanos, que en su Historia de España, manifiestan que estas islas se veian atrasadas en el ramo de la marina, en aquellos tiempos. Pocos o muy escasos son los historiadores que hablan de ella, y a no que ser lo que refiere Lucio Floro, nos concretaríamos en lo que dicen aquellos padres. Según Floro, nuestra marina no estaba tan abatida como suponen ellos; hablando de la llegada de Quinto Cecilio Metelo a estas islas, salieron nuestras naves llenas de honderos, y al llegar a su alcance en alta mar, la acometieron con valor e intrepidez, saludándola con una nube de proyectiles desprendidos de sus 'macrocolons', u hondas que alcanzaban grandes distancias, y a no haber forrado de pieles las naves de aquella flota, no les hubiera sido tan fácil abordar a etas playas como fue, según llevamos expuesto. Semejante arrojo, hace ver que nuestros marinos eran famosos ya en aquellos tiempos, y que teniendo iguales embarcaciones, podían competir con otros cualesquiera. [...]

CAPÍTULO IV. Religión, leyes, idioma y costumbres. [pp.172-177, T.I]

[...] (Los paganos que vivían en la isla) aplicábanse a la geografía y geometría, como también a la astronomía y virtud de los simples. Era opinión suya que un día debía ser el mundo destruido por el fuego y el agua. Suma era la veneración que profesaban al muérdago de la encina, y todos los años lo recolectaban con ceremonias, las más solemnes y respetuosas. Seguramente que la ferocidad que se atribuye a nuestros antiguos fundibularios, la aprendieron de los druidas; ministros de los más inhumanos sacrificios, contribuían muy mucho, como es de creer, a extinguir en ellos toda sombra de humano sentimiento. El muérdago, conocido en las Baleares como visch d' enviscar, porque de su corteza se extrae esta sustancia, es una planta parásita que se cría, en particular, sobre árboles, tales como manzanos, perales, arces, majuelos, robles y encinas, cuya veneración era uno de los dogmas más esenciales de los druidas; en términos que la etimología de este nombre se hace derivar de la palabra céltica 'derw', o de la griega 'drys', que ambas quieren decir encina. Omitamos otras derivaciones de la palabra druida, en obsequio de la brevedad. Vivían estos sacerdotes en los bosques poblados de encinas, y se ocupaban en dar lecciones a la juventud, de cuya educación estaban encargados. Tenían reservado los druidas un mes para la recolección del muérdago, que lo consideraban sagrado, y se cree que correspondían a nuestro mes de diciembre. Singulares eran las ceremonias que practicaban entonces los druidas y celtas; reuníanse estos y los adivinos iban delante de aquella comitiva entonando himnos en honor de sus dioses; un heraldo con su caduceo les presidía, acompañado de tres druidas, llevando todo lo necesario para los sacrificios. Cerraba el cortejo el druida mayor, y seguía después el pueblo; subía a la encina y cortaba el muérdago con una hoz de oro, según se cree; los sacerdotes lo recibían con mucha veneración, distribuyéndolo en el primer día del año, al pueblo, y se anunciaba con estas palabras: "al muérdago del año nuevo". A esta planta le atribuían los celtas maravillosos efectos, entre ellos, de hacer fecundas las mujeres, además se le consideraba como un antídoto contra los venenos activos. Aún en nuestros días, lo hemos visto usar en las enfermedades nerviosas, contra las convulsiones y epilepsia. A pesar de haberse considerado por los antiguos como una panacea o remedio universal, en el día, no tiene uso en medicina, a no ser la liga que sirve como resolutiva al exterior. [...]

Si hemos de dar crédito a lo que dice Diodoro Sículo, hablando del suelo de nuestros honderos cuando militaron bajo las banderas de Cartago, los cuales no quisieron introducirlo en su patria, prefiriendo más bien mujeres y vino, que era lo que más apreciaban, que oro y plata. [...]

Hablando Dameto del vestido y traje de los baleares, dice que por ser galán, los mismos romanos tomaron de ellos uso de su mayor gala. Esta era la laticlavia o distintivo que llevaban en la túnica los senadores y magistrados romanos. Consistía en una tira de color de púrpura bastante ancha, cosida en todo alrededor del vuelo del a túnica; no tenía esta ceñidor y solía ser algo más larga que la túnica ordinaria. Llamábase esta tira, cuando era estrecha, augusticlavia, la que usaban los caballeros como distintivo también. Según Millin, Montfaucon y otros escritores, dicen que semejantes tiras no llevaban bordado ni adorno alguno. Más tarde, no (solo) fue esto un distintivo de los senadores y caballeros, sino que hasta lo usaron las damas romanas y los extranjeros. También dicen que estuvo en boga por algún tiempo entre los etruscos o toscanos. El mismo historiador de las Baleares, dice que algunos tienen por caso de menos valor que estos naturales fuesen los inventores de semejante distintivo; fundando su opinión en que Plinio refiere que el rey Tulio Hostilio lo usó antes que estuviesen confederados con los romanos. Apoya su aserción en lo que dice Estrabon, que los baleares fueron los primeros entre todos que descubrieron esta gala, llamándola platysimon o laticlavo. Justo Lipsio y Polybio pretenden encontrar diferencia entre los laticlavos inventados en las Baleares y los romanos, diciendo que eran aquellos de lino teñido de púrpura. Esto no es prueba, empero, que contradiga lo que refiere el mismo Estrabon; pudieran muy bien, los nuestros, haber fijado el color púrpura sobre lino, y los romanos, más tarde, sobre lana u otro tejido adecuado. Los fenicios fueron, como se cree, los inventores de la púrpura, debida a la observación que hicieron sobre el hocico de un perro que había mascado un gasterópodo de tintes, el cual tiñió [sic] de un hermoso color encarnado; y como aquellos extranjeros tuvieron tanto tiempo tráfico con estas islas, nada de extraño fuera que sacasen utilidad de un producto que ellos conocían y que, con el tiempo, llegasen a comunicarlo a los nuestros.

CUARTO PERÍODO: Desde la venida de nuestro Redentor, hasta la irrupción de los vándalos en estas islas.

CAPÍTULO I. Emperadores romanos hasta Constantino. [...] [pp.179-195, T.I]

[...] Domiciano, cual otro Nerón, persiguió atrozmente a los cristianos y los desterró de Roma. Un edicto notable mandó hacer durante su reinado: Prohibió a los españoles plantar viñas en sus campos, para que no se descuidase el cultivo del trigo, el cual se extraía para la Italia. Este emperador fue asesinado, y su muerte, lejos de ser llorada como la de su padre (Vespasiano) y hermano (Tito), se consideró como un bien universal; de manera que el Senado decretó que se borrara su nombre de los públicos documentos.

CAPÍTULO II. Religión cristiana en la isla. [...] [pp.196-199, T.I]

CAPÍTULO III. Convento de ermitaños de San Agustín en la isla. [...] [pp.200-205, T.I]

CAPÍTULO IV. Obispo en la iglesia de Menorca. [...] [pp.206-212, T.I]

QUINTO PERÍODO: Desde los vándalos hasta la invasión de los sarracenos.

CAPÍTULO I. Persecución de los vándalos contra los cristianos. [...] [pp.213-217, T.I]

CAPÍTULO II. Vándalos y, posteriormente, godos en la isla. [...] [pp.218-222, T.I]

CAPÍTULO III. Reyes vándalos. [...] [pp.223-226, T.I]

CAPÍTULO IV. Los menorquines vuelven al dominio romano. [...] [pp.227-230, T.I]

SEXTO PERÍODO: Desde la entrada de los sarracenos hasta el tratado con los genoveses.

CAPÍTULO I. Primera invasión mora. [...] [pp.231-238, T.I]

CAPÍTULO II. Invasión normanda y recuperación mora de la isla. [...] [pp.239-241, T.I]

CAPÍTULO III. Empresa de los moros de las Baleares e invasión de los pisanos. [...] [pp.242-250, T.I]

CAPÍTULO IV. Apodéranse los genoveses de Menorca y después la ceden a los mahometanos. [...] [pp.251-256, T.I]

SÉPTIMO PERÍODO: Desde la última dominación mora hasta la conquista de Alfonso III de Aragón.

CAPÍTULO I. Dominación mora en Menorca. [...] [pp.256-268, T.I]

CAPÍTULO II. Embajada del rey Don Jaime el Conquistador a Menorca. [...] [pp.269-277, T.I]

CAPÍTULO III. Armada de D. Pedro en el puerto de Mahon. [...] [pp.277-283, T.I]

CAPÍTULO IV. Expedición de D. Alfonso III de Aragón contra los moros de Menorca. [...] [pp.283-289, T.I]

OCTAVO PERÍODO: Desde la dominación de la corona de Aragón, hasta su unión con la de Castilla.

CAPÍTULO I. Conquista de la isla de Menorca por D. Alfonso III de Aragón. [...] [pp.290-302, T.I]

CAPÍTULO II. Incorpórase Menorca a Mallorca por la donación de Jaime II de Aragón. [...] [pp.303-333, T.I]

CAPÍTULO III. Don Pedro IV de Aragón incorpora Menorca a su corona. [...] [pp.334-336, T.I]

CAPÍTULO IV. Continuación de los reyes de Aragón, hasta D. Fernando el Católico. [...] [pp.387-354, T.I]

NOVENO PERÍODO: Desde la unión de las dos coronas hasta la dominación británica en la isla.

CAPÍTULO I. Reyes católicos hasta el reinado de D. Carlos I. [...] [pp.355-364, T.I]

CAPÍTULO II. Acontecimientos de Menorca cuando la guerra de Carlos el Máximo. [...] [pp.365-379, T.I]

CAPÍTULO III. Sitio, saco e incendio de Ciudadela, o sea, el año de la desgracia. [...] [pp.380-412, T.I]

CAPÍTULO IV. Acontecimientos de Menorca hasta la muerte de Carlos Felipe II. [...] [pp.412-459, T.I]

En el mes de agosto e 1568, según carta que desde Mallorca escribió el magnífico síndico Jaime Vell a sus magnificencias los jurados de Menorca, participa que Don Juan de Austria ha llegado al puerto de Palma con 19 galeras, y según noticias ha de visitar la isla de Menorca. Determinaron los jurados y consejo que si llegara el caso de efectuarse semejante visita, que según vemos representaba entonces la misma persona de S. M., se le hiciese un presente con arreglo a las posibilidades de la población. Esto era: becerras buenas de un año, seis, y otras tantas de dos años; carneros, 50; gallinas, 50; y 50 perdices, si se pueden coger; teniendo dos personas elegidas y dispuestas para presentar este regalo al mencionado D. Juan de Austria si llegara el caso de efectuar su visita a Menorca. [...]

A principios de junio de 1571 llegaron a Menorca las galeras mandadas por D. Sancho de Leva, general de las galeras de España, y luego sus magnificencias, los jurados, a fin de tener influjo para alcanzar de S. M. el permiso de la fortificación que tenían solicitado ya como hemos dicho, se le presentó 6 becerras, 24 carneros, 48 gallinas, vino, vino blanco, pan y frutas. Esto se hizo al tiempo que se estaba aguardando la visita del virrey de Mallorca, a quien querían hacerle un recibimiento correspondiente a su persona. [...]

Algo más tarde, vemos que los habitantes de esta desventurada isla sufrieron el hambre, sobre todo cuando se veían amenazados de numerosos piratas, que frecuentemente asolaban nuestras costas. No cesaban también los animales en producir daños de consideración sobre estos campos, de modo que vemos premiados por la Universidad a los que traían tantas cabezas o pies de cuervos, gorriones y abejarucos (beerols). Pero no era comparable a la plaga de ratas del año 1584, de modo que en el consejo celebrado a 17 de junio del mismo año, se determinó acudir, por segunda vez, al Ilmo. Sr. Obispo de Mallorca para que se sirviera impetrar de S. S. concediera algunas indulgencias o procesiones o sean rogativas para alcanzar del Todopoderoso el alivio de tan devastadora plaga. Esta no era la primera, ni la segunda, tampoco, que había experimentado Menorca, porque de antes de 1588, o sea, el año de la desgracia, ya cuidaba la Universidad general de hacer nombramiento de dos en dos años de los mayordomos, a cuyo cargo se confería el cuidado del famoso cirio de 'sas ratas', que aún hasta nuestros días hemos visto ofrecido a Nuestra Señora la Virgen del Toro, como promesa de estos habitantes, que reconocidos a los beneficios alcanzados por la intercesión de la Virgen, no cesaban de hacerle votos. [...]

Con extrema necesidad, se veían entonces los labriegos de Menorca, pues vemos que les faltaban granos para sembrar, y fue preciso, aquel año (1584), que la Universidad prestara cantidades considerables de trigo para semejante efecto.

Encontramos algunas notas auténticas del año 1585, que nos hacen ver el rigor que observaba el alcaide del castillo de San Felipe, del puerto de Mahón, cuando se trataba de asuntos concernientes a su derecho. Quiso una noche de principios de marzo del citado año, el mismo gobernador, Don Miguel de Pax, divertirse en la pesca a encesa, sobre las tranquilas aguas del mencionado puerto, y le salió tan mal semejante diversión, que le siguió un mayor disgusto; disgusto que pudiera haber traído graves consecuencias, como dicen los jurados al concejo general. Avisado el alcaide, que se llamaba Cristóbal de Cáceres, del designio del señor Gobernador, mandó a ciertos soldados de aquel castillo que se embarcasen y que se dirigiesen al lugar donde encontrábase el gobernador, y que le trajesen a él, muerto o vivo. [...]

Por los años en que nos encontramos, Don Pedro de Heredia, consejero de S. M., era gobernador de Menorca, y desde su llegada, manifestó su ojeriza contra los moradores de esta isla, expidiendo algunos edictos que, so pretexto de quitar abusos, coartaba la libertad a estos infelices habitantes; así que, prohibía, bajo penas pecuniarias a los mercaderes "comprar alguns formatjes ab bastreta, sots pena de quatra lliuras a las fábricas aplicadoras, y los formatges perduts. Que no sia conrador algú que los ne presumesca per via directa ne indirecta desmamar las natias del corrent any, fins y tant vinga licentia obtesa de sa senyoria, sobra pena, etc. Que los conredors y altres qualsevols personas que tindrán béns de dos anys y mitx fins en tres, que aquells tornetgen la corrent lluna de janer, dexant los toros que convenguen segons lo número de las vacas tindrán, essent obligats denuntiar y registrar en poder de sa señoria, per evitar no exedescan del número; y per lo predit, sels imposa pena de quatra lliuras, etc.". Ciudadela a 26 de enero de 1595.  [...]

Estamos ya en el mes de setiembre del prefijado año 1595, y su señoría da un edicto en que manda que de cuatro cuarteras de trigo que se beneficien para el público, una se destine para fabricar biscochos. Acuden los jurados al Sr. Gobernador para que se sirva revocar aquella orden, y este no quiere derogarla. Convócase general Consejo el 9 de octubre y este dice que no se puede hacer biscochos de ninguna manera. Aquí presentan los magníficos síndicos de Mahón un recurso al consejo que compendiosamente contiene: "Que solicitan del general consejo pleno poder para apelarse ante S. M. o cualquiera otra parte, mediante síndico propio, pudiendo reclamar lo que mejor convenga a su población. Que esta y su término, se encuentra agravado desde que el Gobernador (Don Pedro de Heredia) ha prohibido la extracción de lana, queso, etc. Que es un gran inconveniente para las embarcaciones que salen de aquel puerto para Mallorca o Barcelona el tener que entrar en Ciudadela. [...] Que manda fijar edictos que prohíben la caza de perdices, agraciando no más que al hijo de moss. Tomás Pons; de modo que ni en dinero se puede encontrar una en toda la población; además que también ha prohibido el comer carneros, pues que no pueden matarse sino cuatro diarios. Que también ha prohibido la pesca en el puerto de Fornells, menos a mossen Tomás Pons, contra disposiciones a S. M. que concede permiso para pescar a todos los que quieran. [...]

(En el año de 1597) se determinó establecer el 'Burdel', o sea, casa pública de mugeres lupanares, en la isla, con anuencia del Señor Gobernador Heredia. [...] En este tiempo fue cando propuso el Sr. Heredia que se estableciesen 'hosterías' para forasteros y pasajeros, y la Universidad contribuyó a que se hicieran en las poblaciones de esta isla. [...]

Entramos en el año 1598, año de disgustos para estos habitantes que se veían oprimidos, más y más, por aquel Heredia mismo, que tanto les dio que entender en los pasados años, como llevamos expuesto. El M. Clavario expone al ordinario consejo: "Ja saben que en las carnicerias, de molt temps a esta part, no tallan carns, sino son molt pochs dias; y es que lo Sr. Governador te manat que nos mat cada dia sinó un moltó, que ja es menester per se casa y assesor; y vehent nosaltres que no podem haver un bosí de carn, ni de moltó, haven cridat lo M. Mostasaf, pera dirli que fes de fer tallar carn en la carniceria, perque tot lo poble está alterat. Lo qual dit Mostasaf, com nos hage insinuat que nosaltres ho tractassem ab lo Sr. Governador Heredia, y veurán si per el present, ço es, per estos derreres dias de Carnestoltas, se alliberaria lo edicte de manament de sa senyoria te publicat; y axí nosaltres, ahir anarem a suplicar lo predit a nel dit Sr. Governador, lo qual nons torná resposta, a més de que digué quen veuria y girans las espallas; y apres nos embiá a dir per Blay Ribes, son porter, que si voliem carn, que fessem matar algunes cabres desbregaradas y alguns bous; de hont no enten ni es servit que lo poble se puga sustentar y alegrar de manjar la carn que Deu nos dona en la present illa; ans be matar alguns cabrits per pendrer lo seu y las pells, per son negoci propi, y com també verem a las claras dit Governador voler abonarse y fer de la veritat mentida, perca nostra justicia nos vera devant S. M. ab los procesos rebuts en la visita contra ell, fent testificar algunas personas, qui per lo temor que li tenen, no gozen diffugirli de los conceptes. [...]

CAPÍTULO V. Continuación de los sucesos ocurridos en Menorca durante la dominación austríaca. [...] [pp.460-492, T.I]

3.º Nos mana que tinguem particular cuidado en reparar las murallas, y que la ciza del vi [sisa? impost?] es stada imposada sols per est effecte, y que no havem preparada la muralla de Mahó, com ja nos es stat manat; ans be de la dita ciza sempasaments altres, y que de do sen dos anys, se podria fer, per las marinas, una torre del proceyt de dita ciza. [...]

Encontramos que por los años 1600 y 1601 hubo en toda la isla tanta plaga de ratas, ratones, panteganas o pagantanas [pantigana, llagost gros i verd (dcvb)], llagots [llagosts], oruga, cuch y otras calamidades, que asolaban los campos, apurados ya todos los remedios, se acudió a S. S. para que aplicara los remedios necesarios con la posible brevedad. Mientras tanto, se unieron todas las universidades de la isla y mancomunadamente ofrecieron a Nuestra Señora del Toro, un cirio conocido por el de 'sas Ratas', que debía llevarse a su santuario. Extinguida semejante plaga, cumplieron religiosamente las universidades de la isla, su voto, llevando cada año un cirio de cera de mayores dimensiones a la iglesia de Nuestra Señora del Toro, donde se colocaba a la derecha del presbiterio, y se encendía durante los divinos oficios. El que ofrecía la universidad de Alayor y de Mercadal, pesaba cada uno 21 libras; el primero se llevaba al Santuario el lunes, y el segundo, el martes de la Semana Santa, y la Universidad general de la isla, elegía de dos en dos años, sus mayordomos para el cuidado de semejante voto. [...]

"(1608) Lo Virrey de Mallorca te cartilla de S. M. de poder extreurer de Menorca docentas quarteras de forment per provisió de sa casa y que los magnífics jurats faciliten lo negoci, puyx lo Sr. Virrey ferá bona obra en informar be acierca la fortificació de Ciudadella, e assó mateix tenim carta del vehedor Francisco Negrete, en qu' ens encarrega lo mateix, y altra carta del Sr. Virrey, en quens ho demane molt encaridament. Y axí lo Sr. Governador nen feu notifficar una cartilla de S. M. en que mana d' extraurer ditas docentas quarteras de blat, no havent  de fer falta en la illa. Fó determinat per lo consell general no enviar las ditas 200 quarteras (de) blat per la necesitat d' esta illa. [...]

CAPÍTULO VI. Fin de los sucesos ocurridos en Menorca durante la dominación austríaca. [...] [pp.493-568, T.I]

Abundantes fueron las cosechas de 1620 y 1621, pero escasísimas se presentaron las aguas en el otoño de este año y principios de 1622, en términos que de resultas de encontrarse tan seca la tierra, no produjo pasto alguno, y siendo poco previsores los menorquines desde los más remotos tiempos, sucedió que, faltando el necesario alimento al ganado, murió la mayor parte de hambre y miseria, durante la estación del invierno, que por desgracia, fue muy rigurosa en aquel año. Esto fue el motivo que dio lugar a aquellas extraordinarias rogativas que dispusieron las autoridades eclesiásticas y civiles; y para ello, nos referimos a la inédita Relación de estas rogativas, escrita por el Doctor Domingo Marqués, que fue testigo ocular de todo lo que aconteció en aquel entonces. Diremos aquí compendiadamente lo que este escritor refiere, en obsequio de la brevedad. Obrando de acuerdo las mencionadas autoridades, se hicieron repetidas rogativas, visitando las iglesias de Ciudadela y aún la de San Juan Bautista, o sea, de Artruix, y el santuario de Nuestra Señora del Toro. Emprendieron, después, otras rogativas los padres Agustinos, dirigiéndose procesionalmente al oratorio situado en la cumbre de Santa Águeda, llevando en hombros la imagen de Nuestra Señora de la Soledad. Visto que aún no se había alcanzado la Providencia divina, lo que se apetecía, cual era el agua saludable para la fecundidad de estos campos, se acordó dirigirse también, procesionalmente, al santuario de Nuestra Señora del Toro, y traer esta santa imagen a esta ciudad, en cuya parroquial iglesia fuese venerada durante 8 días consecutivos. Cedemos aquí la pluma al mencionado Dr. Marqués: "El lunes 25 de abril del citado año 1622, día de despedida de la Virgen del Toro, se hizo por la mañana otra procesión, no menos lucida que la del día anterior, dirigiéndose al mismo punto donde la habían recibido; y estando allí, quitaron la figura del tabernáculo y la pusieron en manos del Reverendo Mossen Antonio Albertí, presbítero que era, el más viejo de los siete comisionados, para acompañarla, y se dirigieron al Toro con ordenada procesión. Cuando estuvo en el sitio llamado el Coll-rotx, de improviso, apareció en medio de ella un enorme Toro, y siguió la procesión hacia adelante, con suma mansedumbre, y a pesar de haberse hecho varias diligencias para apartarle de la comitiva, fueron inútiles los esfuerzos, hasta que llegando la procesión al puente llamado de las Paissas, pasó el Toro debajo de él y, tomando un poco de agua que allí había, volvió a entrarse en la procesión; se puso delante de la Virgen, con reverencia, y arrojó el agua que traía en la boca. Empezó luego a llover con tanta abundancia que no paró hasta la llegada de la procesión a la parroquia de Ferrerías. Su Rector, Juan Marqués, salió a su encuentro, no obstante la impetuosa lluvia, con ordenada procesión, y recibió la Virgen, debajo palio, presidiendo siempre, el Toro, que entró en la iglesia por la puerta mayor, y salió por la lateral, desapareciendo de la vista de aquel gentío." [...]

Vemos que a mediados de mayo del mismo año 1633, volvió a aparecer la plaga de langostas con más intensidad que en los años pasados, en términos que asolaba las viñas, y temíase muchos que no invadiera los sembrados; por lo que todo el pueblo de la Ciudadela salió al campo, y así es que el M. Clavario dice al consejo: "Los llagots arruinan totas las vinyas, y si se estenen y entren en los sembrats, son bastans para llevarnos tots los sementers y la cullita. Y encare que, com tots saben, el Sr. Governador, mag. jurats y lo demés poble, tots estos dias son anats fora la vila perseguint aquells, y per esser en tant gran nombre que ab remeys humans nos puga remediar aquest dany, y per ço havem resolt acudir a Deu nostro senyor". [...]

También advirtió (en 1639) que era de suma necesidad que se tapiaran todas las cuevas de debajo la muralla vieja que dan al barranco, por la facilidad en que el enemigo podría hacer volar una parte de ella en caso de sitio. Lo que se hizo desde luego y costeó la Universidad del producto de la ciza del vi. [...]

Poco es lo que encontramos de notable para nuestra Historia en los años consecutivos, hasta el 7 de agosto de 1665, en que vemos que los bandidos cometían aún todo género de tropelías en esta isla; por lo que el Sr. Gobernador tuvo que tomar las providencias más severas para contenerlos. No tan solo eran estos, los enemigos domésticos que asolaban estos campos, sí que también los abantos, abejarujos, cuervos y gorriones, en términos que llegó el caso de tomar providencia el general consejo contra semejantes plagas, y leemos esta determinación de mediados de setiembre del citado año: "Que tots los pagesos de cada terma, tingan obligatió de matar un corp o arpella, y tots los incolars de la illa, qui pagan talla, tingan obligatió de portar sis pardals o beierols cada any, suplicant al Sr. Governador man fer aportar aquells a cada hu en las universitats de llur terme, ab las penas a sa senyoria ben vistas, y que tinga obligatio cada hu d' allistar aquells y tallarlos els peus; y que cada Universitat envie certificatió com han adimplit llur obligatió dels peus dels animals heuran tallats." [...]

Las grandes plagas de langotas contribuyeron a que el año 1683 fuese muy estéril, en términos que llegó el caso de quedar la isla enteramenta desprovista de muchos víveres, sobre todo, de trigo, y tener que sustentarse sus habitantes de castañas, que no siendo fruto del país, no podía ser muy barato, ni mantenerse por mucho tiempo sin podrirse. Aún en las mayores poblaciones, el pan se repartía entre las familias con suma escasés. [...] Entonces fue cuando resolvió el consejo general, dar al convento de Nuestra Señora del Toro, cinco libras anuales en calidad de limosna, para que en aquel santuario se celebrase un oficio solemne el tercer sábado del mes de mayo, todos los años, como rogativa para que, por medio de la intercesión de la virgen del Toro, alcanzara Menorca la gracia del Todopoderoso para que no volviera (a) aparecer en estos campos tan asoladora plaga. [...]

CAPÍTULO VII. Acontecimientos de Menorca cuando la guerra de sucesión. [...] [pp.569-612, T.I]

Por este tiempo (1710) vemos que, encontrándose en Mahón el Sr. Gobernador, D. José Izaguirre, sin esperanza de vida, dirigió una carta a sus magnificencias, firmada de su secretario y autorizada por el Mag. Dr. D. Ignacio Nater de la Vega, asesor de la Real Gobernación, incluyendo otra que le había escrito D. Luis Petit, gobernador del castillo de San Felipe, concerniente al asunto del Sr. Almirante Visdecar, inglés, que pide al Sr. Gobernador y magnificencias, un arreglo sobre los precios de las carnes y demás víveres, para sus tropas que han invernar en Menorca, pues los que existían entonces eran tan excesivos, que era preciso hacer un nuevo arreglo, como en efecto se hizo del siguiente modo:

CARNS:

El moltó, lliura carnicera (36 onzas), 2 Reales vellón.
La ovella, idem., 1 Rs. vn., 12 Ms.
La carn bovina, idem., 1 Rs. vn., 4 Ms.
La cabra, idem, 0 Rs. vn., 32 Ms.
Lo crestat tornetjat, idem, 1 Rs. vn., 4 Ms.

GALLINAS:

Las gallinas a rahó de vuit sous cada una, 5 Rs. vn., 12 Ms.
Las pollas, a sis ous cada una, 4 Rs. vn., 0 Ms.
Los pollastres grossos, que no puguen execir de 1 Rs. vn, 24 Ms.

CONÍS:

Los conís grossos no pugan excedir de 1 Rs. vn., 4 Ms.
Los mitjos conís, idem, 0 Rs. vn., 24 Ms.

PEIX:

Retjadas, Clavells, Gats, Escats y altra especie de bestina, es venia a un ters mes de lo que' está taxat en el llibre del Magnífic Mostassaf, que será a rahó de vuit diners la lliura carnicera, 0 Rs. vn., 16 Ms.
Molls y Pagells de Quaresma, se venen a rahó de dos sous y quatre diners, lliura carnicera, 1 Rs. vn., 20 Ms.
En lo Carnaval se venen a rahó de dos sous, 1 Rs. vn., 12 Ms.
Rontjas, Escórparas, Vogas, Oradas, Pagres, Congres, Anfós, Arañas, Anguilas, Pollagarals (Nota a pie de página: "En aquellos tiempos, llamábase 'pollagarals' y también 'Pollagals' a las anguilas gruesas que suelen criarse en las albuferas".): En aquellos tiempos, en la Quarema, a dos sous, 1 Rs. vn., 12 Ms.
En lo Carnaval, a rahó de un sou y vuit diners, 1 Rs. vn., 4 Ms.

Lo demás, empero, contenido en el libro del Almotacén, que está en su fuerza y vigor, que se entienda e ntiempo de armadas y comercio que hoy se ve en la isla, y todo a disposición de la general Universidad, poniéndolo en conocimiento del Sr. Gobernador, para que se sirva mandarlo llevar a su debida ejecución. [...]

A mediados de agosto del citado año (1712), el M. Baile de Mahón participó a sus magníficos los jurados generales, que al tiempo mismo de dar la bien venida al Almirante Genis, supo que según noticias fidedignas, que se habían hecho las paces en Francia, y que esta isla quedaba por la Reina Ana de Inglaterra, y que las tropas inglesas, que se encontraban, a la sazón, en Barcelona, debían repartirse en esta isla; y efectivamente, ya lo estarían a no haber dejado el capitán del barco llamado el Porc-spí, el pliego y órdenes de la mencionada Reina en manos del gobernador del castillo de San Felipe. [...]

DÉCIMO PERÍODO: Desde la dominación inglesa hasta la toma de la isla por los franceses.

CAPÍTULO I. Queda Menorca en poder de la Reina Ana de Inglaterra en virtud del tratado de Utrecht. [...] [pp.5-20, T.II]

CAPÍTULO II. Sucesos ocurridos en la isla en tiempo del gobernador Kane y del Milor Forbes. [...] [pp.21-34, T.II]

CAPÍTULO III. Artículos que el gobernador Kane mandó observar al estado eclesiástico de Menorca. [...] [pp.35-49, T.II]

CAPÍTULO IV. Contestaciones a que dieron lugar los anteriores artículos. [...] [pp.50-58, T.II]

CAPÍTULO V. Bandos ingleses y sus consecuencias en la isla. [...] [pp.59-74, T.II]

CAPÍTULO VI. Recurso de la Junta eclesiástica a S. M. el rey de la Gran Bretaña. [...] [pp.75-86, T.II]

CAPÍTULO VII. Sucesos ocurridos en Menorca hasta la muerte de Jorge I. [...] [pp.87-107, T.II]

CAPÍTULO VIII. Sucesos de Menorca hasta el fin del gobierno de Kane. [...] [pp.108-115, T.II]

Antes de su partida (el gobernador Ricardo Kane), considerando lo conveniente que era a esta isla que las carnes y demás comestibles se vendiesen a un mismo precio en todos los pueblos de ella, lo arregló en Mahon a los 4 de Junio de 1716, con intervención de todo estado de personas de la isla, y estableció precios fijos de carne, volatería, caza y pescado, no permitiendo que hubiese diversidad de precios en cada pueblo, mandó que se mantuviese igual la antigua tasa. Mas, teniendo en consideración el consejo de la Universidad de Mahón, que las gallinas, pollos, ánades salvajes y tordos no se habían aumentado en la isla, antes bien, se encontraban en mayor escasez en aquel término, resolvió no se mudase el precio de dichos animales. Y a las demás especies, determinó que fuesen minorados sus precios. Considerando razonados semejantes precios, escribieron sus magnificencias para que la Universidad general tuviese a bien confirmarlos.

TASACIÓN DE VOLATERÍA Y CONEJOS EN LA ISLA:

Pavos, los mayores, 14 Rs. vn.
Pavos, los medianos, 6 Rs. vn.
Pavas, 10 Rs. vn.
Capones, 6 Rs. vn., 24 Ms.
Pollos de gansos, 8 Rs. vn.
Gansos silvestres, 4 Rs. vn., 24 Ms.
Ánades, 6 Rs. vn.
Pollos de ánades, 2 Rs. vn., 24 Ms.
Ánades silvestres, 2 Rs. vn., 8 Ms.
Palominos, 20 Ms.
Tordos de todas especies, 8 Ms.
Gallinas, 6 Rs. vn.
Pollas, 4 Rs. vn.
Pollos, 1 Rs. vn., 20 Ms.
Gansos, 12 Rs. vn.
Perdices, desde agosto hasta noviembre, 1 Rs. vn.
Perdices, desde noviembre en adelante, 1 Rs. vn., 12 Ms.
Chorlitos, 1 Rs. vn., 12 Ms.
Codornices, 24 Ms.
Becacinas, 16 Ms.
Pluviales dorados, 16 Ms.
Becadas, 1 Rs. vn., 12 Ms.
Conejos, 1 Rs. vn., 12 Ms.
Conejos jóvenes, 24 Ms.

Véase la página 598 del primer tomo de esta Historia, para el precio de las carnes y pescado, mandado observar por el Gobierno de la isla en 1710. [...]

CAPÍTULO IX. Siguen los acontecimientos durante la dominación británica. [...] [pp.116-128, T.II]

Consternados los menorquines por tamaña calamidad, haciéndose la guerra de día en día más insoportable, por verse rodeados de enemigos, sabían que el Rey católico había expedido un decreto que mandaba expulsar a los ingleses de sus dominios, y prohibía, bajo pena de la vida, tanto la importación como la exportación. Imposibilitados los magníficos jurados de la isla, de abastecer carnes a tanta tropa de mar y tierra que en ella entonces había, pues en los años anteriores, la mortalidad de ganado había sido extraordinaria, no encontraban otro recurso sino hacerlo venir de Cerdeña, so pena de tener que echar mano de los animales de cría. Así lo hicieron; desde Mahón salió un barco para aquella isla y trajo de allí 120 bueyes, los que abastecieron por aquel entonces. Esta es la guerra que duró más de trece años, que oímos contar muchas veces a nuestros mayores, conocida por "la guerra del año cuarenta" (1740), diciéndonos "que vivían tan estrechos que no podían ir siquiera a la vecina Mallorca". [...]

CAPÍTULO X. Fin de los sucesos ocurridos en la isla, cuando la primera dominación inglesa. [...] [pp.129-153, T.II]

UNDÉCIMO PERÍODO: Desde la dominación francesa, hasta la última conquista por los españoles.

CAPÍTULO I. Apodéranse los franceses de la isla de Menorca. [...] [pp.154-163, T.II]

CAPÍTULO II. Sucesos en tiempo de la dominación francesa en la isla. [...] [pp.164-180, T.II]

Ya que en las páginas 112 y 113 de este tomo hemos insertado la tasación de la volatería y conejos, hecha en tiempo de la dominación británica de la isla, pondremos ahora las siguientes regulaciones (en 1757).

PRECIOS DE CARNES Y PESCADOS (Lliura gran. Sous i diners):

Carn bovina, de Pascua fins a Sant Miquel, 2 sous, 4 diners.
Carn bovina, de San Miquel fins a ses festas de Pascua, 3 sous.
Vadell de llet, de Pascua fins a San Miquel, 3 sous.
Vadell de llet, de San Miquel fins a Pascua, 3 sous, 4 diners.
Moltó, de Pascua fins a San Miquel, 3 sous.
Moltó, de San Miquel fins a Pascua, 4 sous.
Crestats y cabras, 2 sous, 4 diners.
Bochs, 1 sou, 8 diners.
Carn porquina de past, 4 sous.
Carn porquina de garriga, llantisca o de oliva, 3 sous.
Carn y peus de moltó y los intestinos, 2 sous.
Carn y peus de cabrún y los intestinos, 1 sou, 8 diners.
Caps y peus de bou, 1 sou, 8 diners.

PEIX

Rotjas, scorporas y bonítols, 3 sous.
Anguilas, 2 sous, 8 diners.
Congres y morenas, 2 sous.
Pagres y pagells, 2 sous, 4 diners.
Agullas, 2 sous.
Galls, esparrays, eubladas, espéts y llops, 2 sous.
Uradas, 2 sous, 4 diners.
Llisas, 2 sous.
Saupas y ratas, 1 sou, 8 diners.
Sarchs, morrudas, variadas, surells y arañas, 2 sous.
Sipias, pops y calamars, 1 sou, 8 diners.
Xuclas, 1 sou, 4 diners.
Moras, 1 sou.
Grivias, massots y móllaras, 1 sou, 8 diners.
Molls y sirvias, 2 sous, 4 diners.
Vogas, besuchs, cántaras, scubays y serrans, 1 sou, 8 diners.
Donsellas y altres de semblants especias, 1 sou, 8 diners.
Mabres, 2 sous, 4 diners.
Cavalls, 1 sou, 4 diners.
Llagostas y sigalas, 2 sous.
Tortuga, 1 sou, 8 diners.
Anfós y sardina, 2 sous, 4 diners.
Aladroch, 1 sou, 8 diners.
Gerrét, 1 sou.
Alaxa, 1 sou.
Graneus y serclét, 2 sous.
Muxó y altres de semblants especias a discreció del Magnífic Mostassaf, segons el temps, -
Bastina de cualsevol especia que siga, fora coua, panxa, nas y roñons, y los clavells y escats, fora fetja, tot a 1 sou.
Declarant que en la Quaresma, cada especia de peix de las sobreditas, se vendrá dos doblés més per cada lliura de lo que de sobre va taxada.
[...]

CAPÍTULO III. Vuelve Menorca al dominio inglés por el tratado de Fontainebleau. [...] [pp.181-212, T.II]

CAPÍTULO IV. Siguen los acontecimientos de Menorca durante la segunda dominación británica. [...] [pp.213-223, T.II]

CAPÍTULO V. Bandos ingleses y sus consecuencias en la isla. [...] [pp.224-239, T.II]

Ya a últimos de 1777 notábase en la isla algún principio de urgente necesidad entre la clase menesterosa; miseria que se manifestó más a las claras a principios de 1778. Vemos que a mediados de marzo del mismo año, dice el clavario al concejo ordinario: "Vuy se esperimenta una miseria gran en nostro poble (Ciutadella), de manera que se diu que hay moltas personas qui ha molt temps queno viuen mes que de herbas, lo que ha mogut a sas mags. de compasió; perque com a pares deuen honrar la conservació de la vida humana de los individuos de son poble. Per consecuencia, si atroban a be suplicar el poder manjar carn en lo present temps de Quaresma, a fi de veurer si per est fi se ferá una olla comuna, per porer socorrer a los tals individuos, com se feu en este añy pasat". El trigo del país en este tiempo se vendía a 15 pesetas la cuartera, el superior y el inferior, a 13, lo mismo que el trigo forastero, que se vendía a dos pesetas más barato que el trigo del país, de primera.

Encontramos una nota auténtica del importe de los diezmos de granos de la isla, concerniente a este mismo año 1779, que es como sigue:

CIUDADELA: Rey, 3.505 libras del país; Obispo, 710; Cabildo, 384; Paborde, 1.375; Suma: 5.974 libras del país.
MAHÓN: Rey, 5.035 libras del país; Obispo, 855; Cabildo, 865; Suma: 6.755 libras del país.
ALAYOR: Rey, 4320 libras del país; Obispo, 800; Cabildo, 800; Suma: 5.920 libras del país.
MERCADAL: Rey, 4985 libras del país; Obispo, 920; Cabildo, 860; Suma: 6.765 libras del país.
[...]

Por la mañana del 3 del citado febrero (1780), se informaron los jurados sobre lo que habían traído los 'matelots' (solados ingleses), y supieron que eran unos 36 animales, entre los cuales había un becerro, muchos cerdos y volatería doméstica, con muchas provisiones de boca, con tanta abundancia, que la décima parte hubiera sobrado para mantener aquella tropa algunos días; esto, además de los animales que dejaron muertos y heridos por el campo. Se veía, pues, a las claras, que su intención no era otra que devastarlo y arruinar a estos indefensos moradores. [...] Al mismo tiempo que, sin piedad, aquellos hombres desolaban el campo, como si temiesen de algún enemigo que pudiese aprovecharse de su fertilidad, la población veía hostigar sus alrededores por otra porción de marineros del citado destacamento, entando en ella con suma frecuencia, ovejas, cerdos, gallinas y otros víveres, además de la mucha carne que traían los que venían de reconocer el campo. [...] Claramente se veía que no era su ánimo (del capitán Heard) el detener aquellos excesos, como se echa de ver cuando los jurados le dieron parte de que en una posada, los 'matelots' habían muerto dos cerdos. Hizo comparecer, en efecto, a uno de ellos, y después de haberle hecho confesar el delito, le despidió sin darle el menor castigo siquiera. [...]

CAPÍTULO VI. Reincorpora la España a su corona la isla de Menorca. [...] [pp.240-257, T.II]

Un hecho singular sucedió el 27 del mismo mes (diciembre de 1781): murió un soldado suizo del regimiento de Betschart, de un balazo de los sitiados, llamado Carlos Gerin; pero se descubrió, después de muerto, que era una mujer de cerca de 20 años. Ignoróse siempre el porqué esta mujer entró a servir en el mencionado regimiento y admiró su constancia y valor, pues tenía un año de servicio sin la menor falta, observando en ella la mayor modestia. [...]

CAPÍTULO VII. Acontecimientos de Menorca durante la dominación española. [...] [pp.258-268, T.II]

También vemos, por primera vez, introducidas en la isla, en el siguiente año de 1792, las medidas de barro, según decreto de 20 diciembre del Coronel D. Antonio de Anuncibay, gobernador de la isla. Sin embargo, estas ya se usaban de antes, y encontramos un memorial dirigido a los jurados en el mes de noviembre de 1787, que por contener noticias concernientes a nuestra historia, insertamos aquí: "Memorial de Josef Saura y Cavaller de Ciutadella. Diu que en Ciutadella hey ha 6 gerrerias: la del representant, la de Antoni Saura, son pare, la de Juan Sitges, la de Jaume Sampol, la de Francesch Melis y la de Antoni Barceló. Que en Ciutadella hey ha dos pegelledors elegits per lo Mag. Ustessaf, que las mesures de fust, com son mitjas cuarteras, barsellas y almuts, y las de llauna, pesos de ferro, etc., son examinadas per dos pagelledors competents; y las mesuras de terra son per vendrer aiguardent y vi. La causa de haverse donat facultat al pagelledor de cosas de ferro de pagellar las mesuras de terra, fonch per falta de gerrers, fins que s' introduiren estos; y apareix qu' el revisor de las mesuras de terra deu ser un gerrer, que las ha de pegellar y no altra persona." [...]

CAPÍTULO VIII. La isla de Menorca vuelve al dominio inglés. [...] [pp.269-276, T.II]

CAPÍTULO IX. Novedades introducidas en la isla cuando la tercera dominación inglesa. [...] [pp.277-297, T.II]

DUODÉCIMO PERÍODO: Desde la venida de los españoles, hasta el destronamiento de Isabel II.

CAPÍTULO I. Acontecimientos de Menorca en los primeros años de la última dominación española. [...] [pp.298-310, T.II]

CAPÍTULO II. Sucesos de Menorca en los años mil ochocientos diez, once y doce. [...] [pp.311-320, T.II]

No bastaba todo lo dicho hasta ahora para llenar la medida de males que aparecían sobre la desventurada isla en el año a que nos referimos. Las cataratas del cielo se abrieron por la mañana del 6 de junio (de 1810), y los daños que causaron en todos los parajes de Menorca fueron de suma consideración. El agua se llevó al mar la mayor parte de la tierra de labor, sin perdonar personas, animales, ni árboles, paredes, puentes, edificios, etc., causando en los puertos, daños irreparables. [...]

CAPÍTULO III. Siguen los sucesos de la isla en los doce años sucesivos. [...] [pp.321-332, T.II]

Escasas habían sido las aguas durante la primavera del año anterior (1812), lo que fue el motivo de la flaca cosecha que produjo la isla entonces; pero mucho más lastimosa encontramos la del siguiente año, en términos que se hizo proverbial entre sus habitantes este dicho: "quedarás com el blat de l' any tretze". Presentábase la sementera lozana a la entrada de primavera, pero más adelante, se abolió en términos que, muy escasa fue la espiga que produjo granos regulares. Esto fue la causa porque subió mucho de precio el trigo en aquellos años, de modo que, durante algunos meses, estuvo a 30 y aún a 38 pesetas la cuartera. [...]

Muy estéril se presentó la cosecha en el citado año (1818), en tanto que el trigo de Alejandría, no de primera, se vendía a dos duros la barcilla y el indígeno, a 18 pesetas, también la barcilla; los jornaleros, sobre todo, padecieron mucho, encontrándose sin trabajo y obligados a vivir, por consiguiente, de yerbas, salvado, algarrobas, etc. [...]

CAPÍTULO IV. Ocurrencias en Menorca hasta la muerte de Fernando VII. [...] [pp.333-339, T.II]

Todo era movimiento y animación en Ciudadela por la tarde del 13 de enero de 1825, cuando llegó a us puerto el Ilmo. y Rmo. Sr. D. Antonio Ceruelo y Sanz, obispo de Menorca. Desde aquella tarde, empezó a llover con bastante abundancia, después de una sequía de cuatro meses; la que tal vez fue la causa del extraordinario desarrollo de las langostas que aparecieron, sobre todo, por la parte de tramontana del término de Ciudadela, en términos que asolaban y cubrían todo el suelo vegetal, por el mes de mayo del citado año. Vanos fueron los esfuerzos de estos moradores para extinguirlas; muchos gastos ocasionaban; pero todo esto no bastó para que en el año siguiente apareciesen, quizá en mayor número. Efectivamente fue así; por el mes de abril de 1826 volvió a aparecer semejante plaga y destruyó la sementera y viñas de aquella parte de la isla, de modo que redujo a la miseria a aquellos moradores, habiendo tenido dos años consecutivos semejante calamidad. [...]

CAPÍTULO V. Siguen las ocurrencias de la isla hasta el Concordato. [...] [pp.340-347, T.II]

Tranquilas, como decimos, estaban aquellas moradas a la sazón, mas cuatro días después, un fuerte huracán derribó el campanario del convento de San Francisco de Ciudadela, mucha parte del convento de Nuestra Señora del Toro, e hizo estragos de consideración en otros parajes de la isla. Este años, así como el que sigue de 1836, fueron muy fértiles en cereales; pero, a pesar de esto, a mediados de mayo de este último año, hizo una gran pedrada por la parte occidental de Menorca, que causó mucho daño al viñedo y árboles frutales, sobre todo. Las piedras que entonces cayeron eran grandes, y dícese que algunas pesaban media libra; por consiguiente, se deja a la consideración del lector el daño que hicieron en los parajes donde cayeron. [...]

Con el intento de que el lector forme una idea de las cosechas de los años a que nos referimos, ponemos a continuación, el siguiente estado que demuestra el importe del arrendamiento de diezmo de toda la isla de Menorca, concerniente a granos, uvas, verde y ganado, hecho en el año 1838, según notas entresacadas del Juzgado de primera instancia del partido de Ciudadela:

Diezmo de grano de toda la isla: 93.726 libras menoquinas.
De uvas de toda la isla: 3.017 libras menorquinas, 7 sueldos, 6 dineros.
Verde de toda la isla: 3.145 libras menorquinas, 10 sueldos.
Ganado de toda la isla: 1.654 libras menorquinas.
TOTAL: 101.542 libras menorquinas, 17 sueldos, 6 dineros.
[...]

Arrendamiento decimal del medio diezmo de granos, verde, ganado y uvas de toda Menorca en el año 1839:

Medio diezmo de grano de toda la isla: 45.057 libras menoquinas.
Verde de toda la isla: 2.071 libras menorquinas.
Ganado de toda la isla: 894 libras menorquinas, 10 sueldos.
Uvas de toda la isla: 247 libras menorquinas, 10 sueldos.
TOTAL: 48.270 libras menorquinas.
[...]

CAPÍTULO VI. Fin de los sucesos que nos propusimos referir en nuestra historia política y civil. [...] [pp.348-367, T.II]

En el mismo año (1861) fue aprobado el reglamento de pesca del puerto de Mahón, propuesto por el comandante de la provincia de Menorca, que debía llevarse desde luego a efecto. [Se puede leer en bvpb.mcu.es, pero no se cita ninguna especie.] [...]

A mediados de septiembre del indicado año (1862), se expendió por el Exmo.. Sr. Ministro de Hacienda, una Real orden en cuya virtud, S. M. disponía se destruyesen los plantíos de tabaco 'pota' que se hacía en Menorca, sin que se consintiera bajo ningún concepto que se siguiera cosechándose en ella, como sucedía, con grave pérdida o perjuicio del Estado. [...] A mediados de este año (1867) fue cuando la isla obtuvo la gracia del Gobierno de S. M. para el cultivo del tabaco 'pota'. La Real orden dice así: "La Reina (Q. D. G.) conformándose con lo que propuso por V. I., se ha servido disponer quede anulada, desde luego, la Real orden expedida en 10 de setiembre de 1862, y al propio tiempo, autorizar a los habitantes de Menorca para cultivar y usar dicho tabaco dentro de la isla solamente, con arreglo a los siguientes artículos: 1.º Que se conserve a los agricultores de Menorca el derecho que, por tradición, vienen disfrutando de sembrar, cultivar y recoger la planta conocida con el nombre de tabaco pota, exclusivamente; 2.º Que no se permita, y en caso de infracción, se castigue con toda la severidad de las leyes vigentes, el cultivo de cualquier otra clase de tabaco; 3.º Que, para las siembras, no se use otra siembra que la que proporcione la misma planta indígena; 4.º Que sea libre el uso del mismo tabaco pota, entre los habitantes domiciliados perpetua o temporalmente en Menorca; 5.º Que los cultivadores y traficantes al por mayor y menos de la referida clase de tabaco, paguen al Tesoro, la contribución territorial e industrial correspondiente con arreglo a las tarifas y disposiciones que siguen sobre la materia; 6.º Que se prohíba la exportación del tabaco pota para las islas de Mallorca e Ibiza y para cualquiera otra provincia del Reino, excepto Canarias, donde puede ser objeto de comercio como punto franco, castigando a los contraventores con toda la severidad de las leyes comunes sobre los delitos de contrabando y defraudación; 7.º Que se considere objeto de contrabando el tabaco pota en todas las provincias de la Península sujetas al Estado; en las Vascongadas, por no hallarse comprendidas en los capitulados; y es, las islas de Mallorca e Ibiza; y 8.º Que se lleve un registro o matrícula especial en el Sub-gobierno de Menorca de los cultivadores y traficantes de dicha clase de tabaco, para que se pueda averiguar en su día quienes faltan a los indicados preceptos, y tomar contra ellos, etc." Publicose en Mahón esta Real orden el 21 de junio de 1867, y en vista, el diario de esta localidad, decía: "La concesión que para la siembra y uso del tabaco pota acaba de obtener Don José de Fivaller, secundado por nuestros diputados y por el Sr. Director de Rentas estancadas que acaba de cesar, formará época en nuestra historia. ¡Cuantas lágrimas enjugará! ¡a cuantos necesitados volverá la calma y el reposo! Doloroso es decirlo, pero los pocos años de prohibición han sido de luto para muchas familias... Hoy el pecho nos salta de gozo; hoy vuelve la alegría a reanimar a más de un semblante angustiado por el infortunio, y todos muestran su contento por el logro de tan bienhechora concesión" (Del periódico titulado "El Menorquín", 12 de julio de 1867). Un testimonio elocuente que patentiza la eterna gratitud que profesan estos moradores al Sr. Fivaller, es tener colocado su retrato de cuerpo entero, en el salón principal de sesiones de las Casas Consistoriales de Ciudadela. [...]

TERCERA PARTE: ANTIGÜEDADES.

CAPÍTULO I. Monumentos existentes en Menorca desde los más vetustos tiempos. [...] [pp.368-387, T.II]

CAPÍTULO II. Inscripciones que se encuentran en la isla. [...] [pp.388-407, T.II]

CAPÍTULO III. Monedas y medallas. [...] [pp.407-437, T.II]

CAPÍTULO IV. Ídolos, amuletos, talismanes, arracadas e instrumentos. [...] [pp.438-445, T.II]

CAPÍTULO V. Lámparas sepulcrales, vasos lacrimatorios y otros atributos de gratitud. [...] [pp.446-450, T.II]

CAPÍTULO VI. Observaciones acerca su antiguo idioma; nombres y tratamientos usados en distintas edades. [...] [pp.451-463, T.II]

CAPÍTULO VII. Ritos, usos, costumbres, pesos y medidas. [...] [pp.464-475, T.II]

Hemos hablado en la página 422 del tomo I de esta Historia de la reforma que en 1575 se hizo en Menorca de la fiesta de San Antonio de Viana, y desde entonces se celebra con aquella solemnidad que antiguamente se hacía; ye en la página 525 del expresado tomo, se encuentra reformada otra vez, eligiendo la isla al mencionado Santo por su particular protector. En la página 350 de este segundo tomo, se habla de la procesión que se hace aún todos los años con grande pompa y veneración en honor del Monarca aragonés. Celébranse en estas poblaciones, las fiestas civiles todos los años con corridas de caballos, mulas y asnos, corridas de barcos, cucañas y bailes públicos. [...] El carnaval, dice Armstrong, que escribió las costumbres de Menorca a mediados del siglo pasado (XVIII), es para estos isleños un tiempo de alegría; las damas se divierten en echar naranjas a sus amantes, y el que sale con un ojo lastimado, o un diente roto, mira esto como un favor de su señora. Algunas veces, ellos les echan un puñado de flores a la cara, y a este favor no tarda en seguir otro más distinguido. [...] Cazan muy bien con escopeta, continúa el mismo Armstrong en su citada historia, y también son recompensados de su trabajo y lo merecen, porque no creo haya mejores tiradores en el mundo: apenas yerran un tiro de quince o diez y siete que disparen, y si les sucede más frecuentemente, gritan: "yo so embruxat" (esto es, "yo estoy encantado o maleficiado"). El gobernador y los comandantes de los regimientos, tienen cada uno el suyo con título de cazador. No tiene sueldo alguno fijo, pero se le paga la caza cuando la trae, al precio convenido. Los oficiales y los caballeros españoles pueden cazar cuando quieren, y matar las perdices después de mitad de agosto, hasta la mitad de febrero, que empieza la cría. En cuanto a las aves de paso, se las puede matar en todo tiempo, y hay pocos países en el mundo en donde las haya con tan grande abundancia. Refiriéndonos a la misma edad (mediados del siglo XVIII), seguimos con el historiador inglés: "la gente plebeya está desarmada en toda la isla, y así, la caza tiene menos enemigos; pero solo se permite a los nobles llevar espada y armas de fuego. Los perros perdigueros de este país han sido muy estimados en todo tiempo: tienen buenos vientos y son muy seguros; yo atribuyo esta última cualidad al rigor con que los crían. Se ha observado que pierden parte de su actividad llevándolos a Inglaterra, por lo cual es preciso conservar siempre nuestros sabuesos, aunque si se mezclan juntos, producen los mejores perros del mundo. [...] Se casan ordinariamente a la edad de trece o catorce años; dejan de tener hijos a los veinte y cuatro o veinte y cinco. [...]

[ARMSTRONG, Jorge (1781): Historia Civil, y Natural de la Isla de Menorca: descripción topográfica de la Ciudad de Mahon, y demás poblaciones de ella; número de sus habitantes, y ganados de todas especies; estado de su comercio activo y pasivo, y cantidad de los frutos que produce. Escrita en inglés por el señor Jorge Armstrong, Gobernador que fue de esta Isla, y traducida al castellano por Don Josef Antonio Lasierra y Navarro. Imprenta de Pedro Marín. Madrid.] books.google.es - eBook [revisar]

[ARMSTRONG, John (1781): The History of the Island of Minorca, by John Armstrong, Esq. Engineer in Ordinary to his Majesty. Printed for C. Davis. London.] books.google.es - eBook [revisar]

Dice un escritor moderno al hablar de nuestras costumbres modernas: "ayer lucía el blanco rebociño y delantal color de café de las labriegas menorquinas; hoy se ven sus buenos pañuelos de seda y variados trajes con todo género de moda". [...]

La gente plebeya se alimenta de pan moreno, aunque mejor cocido que en muchas provincias de Inglaterra, según dice Armstrong. Y, hablando el mismo historiador de esta misma clase, dice que: "Aunque fuman mucho, no son delicados en la elección del tabaco, ni en la de pipas, y estas las hacen durar muchísimos años". [...]

Prescinciendo en este capítulo de las Reales Órdenes concernientes a los pesos y medidas introducidas en la isla desde su conquista por el Monarca aragonés, diremos que en el General Concejo celebrado en el coro de Nuestra Señora de la Rosa de Ciudadela el día 26 de Junio de 1561, se encuentra la siguiente determinación: "En atentió que las mesuras de la illa son diferents, el Consell General mana fer una mesura original que no sia la d' assí, ni de Mahó, ni d' altra part, sinó nova, de vi, d' oli com forment, y ques repertesqui pjer totas las poblacions. Al dit effecte, fonch determinat per lo Consell que los MOstassafs de cada terma vinguen y aporten las mesuras y ques façen los originals, ab los senyals de la Universitad y de las corts de las Villas". [...]

CAPÍTULO VIII. Privilegios y franquicias. [...] [pp.476-484, T.II]

Antes de exponer lo que nos hemos propuesto escribir ahora, nos ha parecido hablar del libro de Privilegios, conocido en la isla por el "Llibre vermell", que los turcos se llevaron a Constantinopla, según dijimos en la página 292 del primer tomo de esta Historia. Es un precioso monumento histórico, único que nos ha quedado de aquella edad (recopilación del siglo XVI). Costó su rescate cien doblones de oro. [...] Mencionamos lo que nos ha parecido más interesante. [...]

Matrimonis clandestinos: lo que se deu obrar en ells. Foleo 1. [sic]
Lleñas lavedoras per bañys, forns é usos d' aquells. Llet. Rl. f.1.
Naufraitx: Lletra Real sobre las cosas de naufraitx. f.1
Bestiar: Lletr. Rl. de tenir 15 bistias per centenar de cada una especia de bestiar. f.2
Sal dels cucons: que totom qui en vulla puga cullirla. f.2
Fruits: ans de ser cullits o nats, que ningú los puga comprar. f.2
Oficials Reals: que no pugan comprar renda, ni escrivanias, Lletra Rl. f.2
Tortura: Lletra Rl, de dar torments a criminosos y lo que se deu obrar. f.3
Iglesia: sobre los qui fugen á esta que cosa se deu fer. f.5
Abres: que ningú en puga tallar sens voluntat de los dueños. f.5
Carns saladas: que pugan ser tretas de Menorca. f.6
Cavallers: en cual part de Menorca deuen fer residencia. f.6
Plaças de Ciutadella: que no sian restretas. f.6
Jutges: que deguen exercitar plets y los balles en llochs publichs. f.7
Táparas: que cada uu les cullia en las suas posesions. f.8
Caçar: en torn de Ciutadella, que no ha vedad, ans totom hi puga caçar. f.8
Blat Real: no sia tret de la isla de Menorca, Llet. Rl. f.9
[...]
Blat del Bisbe y Capítol: Privilegi del Rey de que la Universitat de Menorca puga pendrer el dit blat a la aforació de la isla. f.10
[...]
Bestiar: que puguen treurer de la isla de Menorca, Lletra Real. f.13
[...]
Cavalls: Lletra que totom puga treurer de la isla pollins y rocins. Jaume III, Perpiñan 7 Agost 1339. f.15
[...]
Blats: que no surtian de la terra mentres sia la guerra ab los genovesos y Rey de Castilla. f.19
Barbarosa: Lletra en que mana S. M. que el socorro donat a Menorca per Mallorca, en la vinguda de aquell a Mahó, es pach de comunas despesas de Mallorca, Menorca y Ivisa. f.24
Universidat: que no paguia lluisma dels hortals pren per obra de las murallas. f.38
[...]
Blat: privilegi que si algú, en cas de urgent necesitat arriba en blat a Menorca, sia obligat a tenir botiga a las gents al for qu' el Governador coneixerá. f.85
Pesus y mesuras :en cual part del Reyna deuen ser franchs los menorquins d' ells. f.97
[...]
Camins: qu' eels havents posesions, pugan mudar e dar nous camins a coneguda dels cartidors de Contrats y clourer llurs posesions. f.131
Casadors: Lletra que ni á peu ni á cavall, no pugan ni degan entrar per casar en posesions d' altri qui sian closas de parét, ni fer pasatges, y que sien entesos cavallers y persones militars, y aixó baix pena de deu sous per cada vegada que lo contrari ferán. f.132
Esclaus: Lletra qu' el Governador no don audiencia als esclaus, si estos se volien queixar de haverlos azotats los señors o corregits. f.147
[...]
Generosos: Lletre que los qui es fan generosos, dins un añy deguen ferse cavallers. f. 166
[...]
Lluminaria del Dijous y Divendres Sant y franquesa del advocat de pobres de Cristo, etc. Presposicions y resolucions del Consell de 15 febrer de 1511 presa sobre la lluminaria qui deu cremar devant el Santíssim Sagrament el Dijous y Divendres Sant, etc. Sobre el port edels Jurats cuant se mor algun parent, etc. Sobre fer aportar las robas dels Mags. Jurats de la isla, etc. y sobre la franquesa del advocat de pobres de Cristo. f.198
[...]
Billas: Lletra Rl. que ningú gos jugar a billas. f.221
Bestiar: transportat de Menorca a Mallorca es franch de Vigtigal
[sic]. Privilegi del Rey D. Martí. f.222 [...]
Azotar: que no se puga fer a alguna persona franca. f.238 [...]
Festa de San Antoni Abad: que esta sia manada. f.254 [...]
Guiatge y morbers: Lletra Rl. en que se ordena al Capitá Cristofol Cárceres, Alcaide de S. Felip, restituesca tot lo tret de una satgetia vinguda de Alger, y guiada per el dit Alcaide; y se ly mana deix liberament usar als Jurats y Morbers de Mahó. f.261
Apellacions en criminals: que sian admesas en tres casos: mort natural, civil o mutilació de membres. Y en estos tres se revoca la pragmática de 1629. f.262
[...]
Plazas vacants: dels soldats qui moren, sian repartidas a sos fills. f.292. [y último] [...]

CAPÍTULO IX. Documentos inéditos que yacen en olvido, sin despreciar sus leyendas y cuentos o fábulas. [...] [pp.485-508, T.II]

Inédita se mantiene todavía el acta otorgada en la ciudad de Constantinopla el 7 de Octubre de 1558, de la cual hicimos mención en la página 386 del primer tomo de esta Historia.

Mencionamos también, en la pág. 479 del mismo tomo, una memoria trabajada por D. Francisco Negrete, que a principios del siglo XVII era veedor y contador de la gente de guerra, obras y fortificaciones de esta isla, y prometimos hablar de ella detenidamente en el presente tomo. Compendiaremos en cuanto podamos esta memoria, que fue entregada a S. Mag. los Jurados de Menorca el 6 de junio de 1606. Francisco Negrete, veedor, etc., deseando el provecho del bien común y que las grandes necesidades (que en un año con otro ocurren por nuestros pecados, a esta isla, por falta de trigo), se remedien y reparen, ayudándose los naturales con el buen gobierno de Vs. Mags., ha tomado trabajo el dicho veedor y contador en hacer ciertos capítulos, que en adelante irán declarados; y salvo mejor parecer, el suyo es que poniéndose en ejecución lo que propone, entiende y tiene por cierto, que esta isla estará muy proveída de forment, ordio y aún della se podrá sacar para otras provincias en gran beneficio de los naturales y aumento de sus haciendas, provecho y crecimiento de las rentas reales y universidades, y también dice y propone otras cosas de policía y buen gobierno en la manera siguiente: [...] 2.º La calidad de la tierra, muy mejor lo saben Vs. Mags. que el veedor, y cuan aparejada es para todos los frutos, de pan, vino, carnes, semillas, legumbre y otras muchas cosas, que por falta de industria y trabajo se dejan de hacer y sembrar. [...] (3.º) verán qué partes hay en las posesiones cómodas y qué tierra será mejor para sembrar trigo y cebada, y vista y tanteada, compelerán y obligarán al pagés y dueño de las posesiones, que si hay barqueros y personas particulares que las quieran alogar para siembra de trigo o cebada, lino y otras semillas, sean obligadas a dárselas, para que se conserven y cultiven; porque con la granjería de la saca, todos querrán labrar, conrar y trabajar, y que se concierten entre el dueño y el barquero en lo que pudiesen [...] 5.º Bien saben Vs. Mags., y lo ha visto el mismo veedor, que los años de 1601, 1602 y 1603 esta isla estuvo abundante de trigo y valía a 18 y a 20 sueldos la cuartera; y por no hallar a quien venderse, se pudrió y perdió mucho, y lo daban al ganado; y fuera mejor gobierno que se sacara de la isla a vender, y el dinero entraría en ella en cantidad de más de veinte mil ducados, y con ellos, hoy se remediaría la presente necesidad. 6.º De cultivar siempre, sembrar y coger mucho trigo, dar sacas y entrar dinero en la isla, síguese que las tierras que se conren criarán buena yerba y de sustancia, y el ganado será mucho más y todavía más aprovechado; porque el monte y matas no crían yerba de sustancia, y los formatges se aumentarán y la lana será en más cantidad y mejor, y no se la dejará el ganado por la carrascas, que cuando salta y anda en la campaña, aquí se deja una bedija y acullá otra [vedija, mechón de lana], que sin duda es más que la tercia parte lo que se pierde; y todo se remedia con ir quitándole monte y sembrando mucho; y también no habrá tantos ratones como se crían en las matas, conejos y otras sabandijas que destruyen el blat; y la isla se poblará de gente y a ella vendrán nuevos mercaderes. [omitimos varios puntos que también hablan de trigo] [...] 12.º Para saber de cierto el trigo y cebada que se cogerá en la isla, el Sr. Gobernador y Jurados han de tomar copia del cuaderno de los diezmos. [...] 25.º El negocio de la 'britreta' que aquí se usa, dando a los payeses dinero adelantando mucho antes que se haga el queso y la lana, no lo tengo por muy seguro para la conciencia, ni para el aumento de la isla; porque continuándose el darla, redunda el provecho en beneficio de 12 o 15 personas que tienen esa granjería, y el daño es general en toda la isla; y si acaso fuese que estas personas que sacan los quesos y lanas, metiesen en la tierra el dinero en contado, medio mal sería, y el daño no crecería tanto; pero métenlo en paños, tafetanes, pasamanos y otras cosas de que tenemos bien poca necesidad. [...] 28.º Advierte más el verdor que ha visto en esta isla, porque la ha caminado toda, en algunas partes que están guardadas de la tremontana, mucha cantidad de ollastres y olivos silvestres, que se pueden empaltar para hacer olivas y obtener aceite; y para mejor ver esta experiencia, ha hecho empaltar seis de los primeros en una huerta que ha hecho, y han tornado seis oliveras, que es para dar mil alabanzas a Dios N. S., y es, sin duda, que haciendo en esta isla, de aquí a diez o doce años, no será necesario aceite de fuera parte. Débese acudir a esto con mucha instancia y mandar a los dueños de las posesiones, que cada año hagan empaltar tantos árboles, y de lo contrario, imponiéndoles graves penas sobre esto. 29.º Así mismo, pueden considerar V. Mags. que hay muchos lugares en esta isla, muy a propósito para criar nogales, álamos, pinos y otros árboles, que se crían para madera y fabricar casas; y en la fábrica de Cataluña y casi todas las más, hay pragmáticas en que obligan a los labradores a poner destos árboles, debiendo tener cuenta de guardarlos y criarlos, y es gran lástima que, pudiéndolo hacer en esta isla en grande escala, etc. [...] 32.º Hay otro daño de no guardar el ganado, y es que el Rey, Obispo y capítulo pierden mucha cantidad de diezmo, porque se muere gran número de ganado y lo matan moscas, gusanos y cuervos, porque no hay quien tenga cuenta, ni pastores que lo defiendan, y todos reciben daño manifiesto. [...]

Un tradicional romance cantaban nuestros campesinos aún a principios de este siglo, que aunque incompleto, mucho nos quedó en la memoria. Dispuesto con sus estrofas, que debemos al malogrado compatricio el Dr. D. Miguel Caimaris y Torres, las insertamos en este lugar. (Nota a pie de página: Semejantes poemas aluden a la primera mitad del siglo XVI, cuando Menorca era muy molestada por los corsarios argelinos.)

"Sa nuvia d' Aljandar / Avuy es en terra / Demá será en mar / Avuy menja capos y gallinas, / Demá menjará sardinas / A las riberas del mar. [...]"

CUARTA PARTE: PERSONAS QUE FIGURARON EN MENORCA.

CAPÍTULO I. Hombres que se hicieron célebres en la isla antes de la venida de Jesucristo. [...] [pp.509-514, T.II]

CAPÍTULO II. Continuación de los que por sus hechos se distinguieron hasta la conquista de Alfonso III de Aragón. [...] [pp.515-525, T.II]

CAPÍTULO III. Hombres que se hicieron ilustres en Menorca, hasta la unión de las dos coronas. [...] [pp.526-539, T.II]

CAPÍTULO IV. Siguen las personas que se hicieron ilustres en Menorca hasta el año de su desgracia. [...] [pp.540-555, T.II]

CAPÍTULO V. Personas que figuraron en la isla hasta la entrada de los ingleses. [...] [pp.556-582, T.II]

CAPÍTULO VI. Personas que se han distinguido en Menorca durante estos dos últimos siglos. [...] [pp.583-602, T.II]

QUINTA PARTE: DESCRIPCIÓN GEOGRÁFICA.

CAPÍTULO I. Configuración y situación de la isla. [...] [pp.603-606, T.II]

CAPÍTULO II. Distrito de Mahón. [...] [pp.607-620, T.II]

CAPÍTULO III. Distrito de Ciudadela. [...] [pp.621-632, T.II]

CAPÍTULO IV. Distrito de Alayor, Mercadal y Ferrerias. [...] [pp.633-645, T.II]

[OLEO Y QUADRADO, Rafael (1874-76): Historia de la isla de Menorca. Tip. de D. S. Fábregas, calle de Espartero. Ciudadela de Menorca.] bvpb.mcu.es


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Recopilación bibliográfica y transcripciones de Jacint Cerdà

En continua actualización.